Hablemos

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Hablemos de todo lo que nos molesta. Hablemos de padres que convierten tus charlas en sus charlas y de madres que casi nunca apoyan tus decisiones. Hablemos de familiares que siempre se olvidan que existís. Hablemos de esas personas que solo te hablan cuando necesitan algo de vos. Hablemos de amigos que hablan y hablan pero nunca escuchan. Hablemos de toda esa gente por la que harías hasta lo imposible, pero ellos nunca harían lo mismo por vos. Hablemos de los que no te creen cuando estas triste, de los que te obligan a hacer cosas que no querés, de los que opinan que tus sentimientos no son tan importantes, de los que no tienen ni un poco de fe en vos pero se enojan si la situación es al revés; de los que creen que tu salud física o mental no es importante, pero la de ellos vale oro. No nos olvidemos de hablar sobre la gente que critica todo lo que haces, pero nunca ofrecen ni ideas ni soluciones. Hablemos de hermanas que parecen diosas griegas, de hermanos super inteligentes y de nosotros los simples mortales. Hablemos antes de que las palabras no dichas se nos atoren en la garganta y nos ahoguen lentamente. O peor, antes de que salgan todas juntas sin orden ni control, listas para lastimar al interlocutor como si de dagas filosas se tratase. Ha-ble-mos. Porque nadie nunca cambió nada callado o en silencio. Hablemos y, aunque sea por un segundo, hagamos historia. 

Mi Cerebro en Épocas de FinalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora