La chica estaba algo nerviosa. Estaba de camino a un hotel para conocer a L, el mejor detective del mundo.Resulta que ella y seis miembros más del APN fueron los únicos en aceptar el caso de Kira, una persona que se dedicaba a matar criminales de una forma muy misteriosa.
TN era la última que debía llegar al hotel según lo acordado. Así que, siguiendo la dirección que envió L, se quedó enfrente de la puerta de una habitación del hotel. La habitación de L.
Respiró profundamente antes de llamar a la puerta. Unos segundos después, Matsuda abrió la puerta de la habitación.
— ¡TN! Te estábamos esperando — dijo el chico sonriendo.
— Si llego la última, es normal que estéis esperándome, Matsuda — bromeó TN, pasando a la gran y lujosa habitación.
La gente que se había quedado en el grupo de investigación la saludó. Cuando ella los saludó a todos, se dio cuenta de que había alguien más ahí.
Era un chico joven, quizás un par de años mayor que ella. Era alto y delgado, con una silueta encorvada, con sus manos metidas en los bolsillos del pantalón. Tenía el pelo y los ojos de un color azabache brillante, debajo de ellos se notaban unas profundas ojeras, probablemente porque no descansaba nunca. Parecía algo enfermo, con esa piel tan blanquecina, pero era bastante atractivo. Vestía con una camiseta blanca de manga larga y unos pantalones vaqueros, las dos prendas de ropa algo holgadas. Algo que le sorprendió a TN fue que no llevaba zapatos, ni siquiera calcetines. Por las pintas que llevaba, habría parecido que se había olvidado de la reunión que se iba a llevar a cabo. Esa no era la imagen que se esperaba encontrar TN del famoso L. No parecía un famoso detective, salvo por sus ojos. Sus ojos, azabaches y brillantes, llenos de curiosidad e intriga. Podría estar pensando en mil cosas a la vez y nadie sabría qué estaba pensando específicamente. Esa era la mirada de un detective. Era la mirada del gran detective L.
— Hola, soy TN Akiyoshi — dijo la chica, haciendo una reverencia. L la miraba con los ojos muy abiertos, observándola.
Luego levantó la mano y...
— ¡Bam! — gritó, apuntando a TN con su mano en forma de pistola. TN se sorprendió por lo que acababa de hacer L. ¿Acaso no se lo estaba tomando en serio? Vio que el jefe Yagami se pasó una mano por la cara.
— ¿Qué...?
— Si yo fuera Kira, ya estarías muerta — dijo L. Su voz era algo grave, hablando en un tono bajo —. Deberías tener cuidado a quién decirle tu nombre, Akiyoshi, ya que Kira puede matarte sólo con eso. Se lo advertí antes al señor Yagami y a los demás.
— Mmm... Tendré cuidado, entonces — musitó impresionada. Lo había juzgado mal por su aspecto. Ése era realmente el mejor detective del mundo, L.
L los invitó a todos a sentarse en los sillones. Mientras todos estaban sentados de una manera normal, L se sentaba de una manera extraña, de cuclillas encima del sillón. TN pensó que era alguien excéntrico.
En un punto de la reunión, L los fue llamando uno por uno a un sitio aparte, para hacer preguntas y asegurar que ninguno era Kira. TN se sintió algo ofendida por la falta de confianza del ahora apodado Ryuzaki.
El turno de TN fue el último, y se encontraba enfrente de L, ambos sentados en un sillón enfrente del otro. L la observaba con sus grandes ojos azabaches, analizándola y poniéndola incómoda. Tenía una taza de café enfrente suya, a la que ponía muchos terrones de azúcar. TN se preguntó si esa cantidad de azúcar no lo iba a matar. También observó la postura que usaba cuando se sentaba. ¿No le era incómodo?