11~ LA city (Part. 2)

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   TN casi no tenía dudas. Su instinto de periodista no solía fallarle. Sabía que no tenía suficientes pruebas, pero estaba segura de una cosa: Ryuzaki era L.

   Cuando se conocieron en aquella cafetería, TN se dijo a sí misma que había acusado a Ryuzaki de ser L por un pequeño impulso, nada más. Pero, cada vez que pasaba más tiempo con él intentando "averiguar quién es L", más segura estaba de que él escondía algo muy fuerte. Como ser L, por ejemplo.

   Ryuzaki tiene conductas asociales, un poco psicópatas y algo extrañas, como si no estuviera acostumbrado a estar con gente. Su intelecto es algo increíble, podría resolver casos sin problema alguno. Y ninguna de las veces que habían estado juntos hablando había coincidido con los comunicados que L anunciaba por televisión. Quizás las deducciones de TN eran muy precipitadas, pero había algo que le decía que él podría ser el detective anónimo.

   Aunque eso le creaba un problema: TN no puede delatarlo. No puede escribir un artículo donde lo exponga. Siente que no es correcto. Conoce a Ryuzaki desde hace unos meses, al final sí le había caído muy bien y no quiere exponerlo así. Suponiendo, claro está, que él fuera L. Además, no tenía suficientes pruebas para inculparlo.

   Y eso le daba a otro problema: el jefe de la editorial. Había estado insoportable porque TN no le conseguía nada de información. Además, algunos compañeros suyos se reían de ella por haber aceptado ese reto. Era obvio que no lo iba a cumplir. TN había tenido claro que iba a aprovechar cada oportunidad para desvelar a L, pero, teniendo a un potencial sospechoso de ser el detective, no sabía qué hacer. No había pensado en una situación así.

   TN estaba sentada en la misma cafetería de siempre. Había acabado por ser una clienta recurrente desde el día en el que conoció a Ryuzaki. Simplemente se sentaba allí la mayoría de las noches y tardes y sabía que Ryuzaki iba a venir también, y viceversa, cuando ella entraba, él ya estaba esperando. Ninguno de los dos tenía el número del otro. Normalmente, estaban la primera hora hablando sobre L y las demás horas derivaban en temas livianos hasta que se hacía muy tarde. TN se había dado cuenta de que Ryuzaki siempre lograba desviar el tema de L. Primero la dejaba hablar todo lo que quisiera y luego él daba su opinión y también contribuía, después la conversación iba cambiando poco a poco a un tema completamente diferente. Lo había notado luego de unos días. Era muy sutil, pero lo había notado.

   Aquella noche era fría. Los cristales de la cafetería estaban empañados por dentro, producto del acogedor calor que irradiaba el establecimiento. No parecía que iba a llover, pero habían algunas nubes oscuras en el cielo, tapando la luna y parte del cielo estrellado. TN se llevaba su taza de café a la boca mientras miraba distraídamente el local: no había mucha gente, como siempre; los camareros atendían a algunas personas o limpiaban la barra; olía a pan recién sacado del horno, esta vez mezclado con un suave aroma a grano de café. El aspecto rústico y acogedor de la cafetería contrastaba con el frío y lúgubre exterior nocturno.

—¿Qué haces?— TN giró su cabeza para encontrarse con Ryuzaki, que se estaba sentando enfrente suya. A TN le daba mucha curiosidad aquella manera de sentarse.

—Trabajar— respondió. Su ordenador estaba abierto enfrente suya, en medio de varios papeles sueltos—. Un artículo sobre el asesino en serie.

—¿Cuál?

—El que investiga L— aclaró ella. Analizó los movimientos de Ryuzaki, para ver si detectaba algo que lo delatase, pero seguía con aquella mirada neutra, algo curiosa—. Ya sabes, el que está por aquí, en Los Ángeles.

—Ah, sí— un camarero llegó, anotando el pedido del chico, y se alejó igual de rápido que vino—. He oído que L está cerca de cerrar el caso.

~L. Lawliet One Shots~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora