Sola. Marco Asensio.

Capítulo 9-La vida sigue.

Abro los ojos y me llevo las manos a la cabeza.
No voy a beber en mi vida un vaso de alcohol, siento que la cabeza va a petar antes o después.

¿Donde coño estoy y por qué tengo solo una camiseta y mis bragas?
Lo último que recuerdo fue que empecé a beber en el bar mientras me desahogaba con el camarero. Menos mal que hoy no tengo que ir al trabajo y las fotos se editan mañana, ya me estaba imaginando la cara del jefe enfadado.

Me levanto de la cama y empiezo a observar la habitación con detenimiento...ya sé dónde estoy, más que nada porque hay una foto de Marco junto a lo que intuyo que su familia.

¿Y qué se supone que hago yo aquí?

Mierda, no puede ser lo que estoy pensando...por favor que no sea eso.

Abro la puerta y veo a Marco en el piso de abajo con solo un pantalón de pijama puesto...madre mía qué vistas.
Sam ostia que no estamos para babear.

Bajo con cuidado las escaleras y Marco se gira.

-Buenos días Barbie-dice sonriendo acercándose-¿Cómo estás?

-Me duele la cabeza bastante, ¿Qué se supone que pasó ayer?

-Pues creo que es más que evidente ¿No?-pregunta sonriendo y me guiña un ojo-Solo decirte que no me importaría repetir en ningún momento, y creo que por lo que dijiste ayer tú tampoco.

Me doy la vuelta y escondo mi cara entre mis manos. Qué vergüenza me está dando, ahora mismo no puedo ni mirarlo a la cara. Si es que Alice me lo tiene dicho muchas veces, que borracha se me va la cabeza bastante.

Suelta una carcajada y me da un toque en el brazo.

-No pasó nada tranquila, no soy ese tipo de persona-dice riendo y entra a la cocina-¿Quieres un café?

-Mira Marco, un día de estos te mato-respondo avergonzada entrando a la cocina-Y no quiero, no me hace mucha gracia.

-Pues ya somos dos, ¿Zumo de naranja?-pregunta sonriendo y asiento.

-Antes que nada, ¿Te importaría darme un pantalón?-pregunto tímida y me mira divertido-Me siento un poco incómoda.

-Sin problemas Barbie-responde sonriendo y antes de salir me mira un momento-Aunque esas vistas no están nada mal.

Me guiña un ojo y sale de la cocina.
Creo que es de los días que más vergüenza estoy pasando. ¿Qué será lo próximo? ¿Que baje con mi sujetador en la mano?

Baja y me da unos pantalones de chándal. Él ha aparecido con una camiseta puesta, gracias a dios.
Me los pongo y empezamos a desayunar entre risas, este hombre no hay momento en el que no sonría.

Tengo que organizar un consejo ya, no sé qué voy a hacer con mi vida ya que todo se ha ido a la mierda. Me hubiese esperado cualquier cosa antes que ponerme los cuernos, sentenció el final de nuestra relación ayer por la noche.

Se lo he contado todo a Marco, como me enteré de lo que estaba haciendo.

-Que tío más gilipollas-dice serio recogiendo las cosas del desayuno-Ya decía yo que veía algo chungo en él.

-Pues si, pero bueno...-contesto cabizbaja-Supongo que la vida sigue y eso...

-Hey Sam, anímate-dice Marco sonriendo poniendo una mano encima de mi hombro-Nos conocemos desde hace poco y eres una pedazo de tía, no dejes que el imbécil ese te amargue la vida. Vales demasiado y si no sabe apreciarlo que le jodan...¿Estabas muy enamorada de él?

-Creo que últimamente me he ido desencantado de él, entre lo del curso y que lo veía más distante...no sé, pero me decía te quiero y a mi no me salía natural decírselo también.