«Sólo una flor.»

302 33 4
                                    

Era un día común, uno más en la escuela. Había un chico ansioso de ver a su persona especial. A esa persona que últimamente lo lleva de la mano, mientras sonrisas escapan de ambos. Cuando vio a esa persona especial sonrió.

Tomó de la delgada cintura de aquella persona. 

Este chico, Mingyu, tenía sus labios estirados mientras tomaba esta vez su mano para caminar por el patio aburrido de la escuela. El patio que sabían como la palma de sus manos.

Otros grupos de personas, en donde había un azabache mirando aquella escena, quien se distraía por estar mirando, sentado en las bancas de aquel patio, con sus amigos. El azabache, Wonwoo, estaba con una cara seria, mirando aquella parejita que prácticamente era la envidia de toda la escuela, eran perfectos. 

Sólo sonrió de lado al pensar en esa parejita, en esas personas que se veían enamoradas. Devolvió a la distraída mirada a sus amigos, y estos le chasquearon los dedos frente a él al verlo tan disperso en su mente y mirada. 

—¿Qué pasa? ¿Qué miras?—El chico hiperactivo miró a Wonwoo quien sólo bajaba la mirada negando.

—No pasa nada Hoshi. Sólo estaba mirando un pájaro.—Rió un poco tonto por su excusa. Todos los presentes reían. Hoshi, Wonwoo, Minghao y Joshua reían juntos con cierto ruido que alertaba a muchos de los presentes en el patio que ya estaba con personas paseando o corriendo.

Se rieron todo el resto de el recreo, hasta que sólo quedaban unos cinco minutos. Los cuatro se esparcieron a diferentes lugares por comodidades o necesidades propias. Wonwoo estaba completamente decidido a dejar algo que cambiaría todo para él. Estaba frente a su casillero, el casillero de aquel chico que estaba con su novia en el receso. El azabache tenía una nota arrugada en sus manos, un poco doblada con el propósito de que tuviera espacio para entrar en la rendija del casillero. Subió su mano a aquella rendija, como aquellos adolescentes que dejan notitas. Se sentía estúpido.

Pero se arrepintió al ver como aquella chica dueño de los supuestos sentimientos de Mingyu, pasaba por el pasillo con una caminata soberbia, rodeada de todas sus amigas. Parecía una película americana, Wonwoo detestaba este show. Quería cambiar de canal y desaparecer de aquel lugar. Bajó su brazo, guardando la nota arrugada en su bolsillo. No sabía en qué estaba pensando, eso sólo agravaría todo. 

El timbre sonó, volviendo con la cabeza agachada a su salón correspondiente. Estaba al interior y a su lado un Joshua completamente relajado con la mano en su mentón apoyado. Estaba mirando por la ventana suspirando un poco. Se veía desconcertado con aquella actitud, sin tomar mucha atención, esperó con tranquilidad al maestro que no tardó mucho en llegar. 

Atrás de su pupitre, estaba Hoshi con Minghao. Ambos se llevaban muy bien, hablaban un poco callados y estaba seguro de que se gustaban mutuamente, algo le decía eso al joven Wonwoo.

Prestó atención todo el resto de la clase, ansiando a tener su segunda oportunidad. Escribió otra nota, el otro papel estaba demasiado arrugado y feo, no quería parecer inapropiado o indecente con un papel arrugado. Así que lo desechó en la papelera. Hizo otra nota con las mismas palabras, las mismas palabras sencillas pero bonitas que lo llamaban a ser un poco atrevido. 

La dobló mientras sonreía de lado. La guardó en el bolsillo de su sudadera, y bajó la mirada a sus libros abiertos sobre el pupitre. Esperaba poder tener alguna respuesta. 

                                                                                                                   
[🥀]


El joven Mingyu con las manos sudorosas, caminando con la chica que había soñado por mucho tiempo. 

Últimamente ese sueño se veía más roto, pero no dejaría a la persona porque ya no cumplía sus expectativas, sería algo muy egoísta, algo simplemente malo para él y ella. No quería dañarla, porque le había entregado muchas cosas. Se sentía en forma mal por ese sentimiento de no fingir lo que antes sentía cuando ya no era así. Era triste, pero no tenía el coraje para decirle.

Querida Rosa; MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora