Capítulo 3: Destrucción

81 27 23
                                    


6 de Septiembre del 2020

Maud

Despierto mejor de lo que he despertado en años. Estiro mi cuerpo sobre el colchón. El aire fresco mueve mi pelo. Miro por la ventana, está nublado.
Voy a la cocina y desayuno una taza de leche y un melocotón.

Me visto con unos vaqueros negros, suéter de algodón a rayas horizontales y Converse negras. Dejo mi pelo suelto, cae lacio hasta la cintura. Me siento llena de vida.

[... ]

Voy de camino a clases cuando dos figuras me detienen, cortándome el paso.

-¡Maudy, nena! Ayer me quedé en casa de Ronald y... ¡Wow! ¿Te teñiste el cabello? ¿Te pusiste extensiones? ¡Hermanita! ¿Pero por qué hiciste eso?

-Hola muñeca. Te ves hermosa.

-¡Adam! ¿Te volviste loco? ¡Está súper out! ¿Y qué te pasa en la piel? Estás como súper pálida, osea.

Adam se acerca a mí. Su rostro es simétrico, nariz judía, labios finos, pómulos altos y barbilla de Superman. Tenemos la misma altura. Toma mi mano, se siente pegajoso.

-¿Dónde te habías metido bebé? Ayer no fuiste a verme entrenar y hoy apareces con el pelo teñido y con extensiones...¡Cielos! ¿Llevas lentillas? Tus ojos son de un verde distinto.

-Adam, la verdad ahora mismo no tengo ganas de hablar ¿Te parece si nos vemos en el almuerzo?

No le doy tiempo a reaccionar, suelto su mano y sigo caminando. Voy a terminar con él. Camino un par de metros sin mirar atrás. Alguien me ala por el brazo y me entra al baño de hombres.

-¡Maud!

No, no, no. Otra vez él, no. Sujeta mi brazo. Lleva puesto un pantalón negro roto a todo lo largo de sus piernas con una tela verde oscuro de fondo, un suéter de algodón negro desteñido de cuello V y una botas negras estilo militar. Su pelo está desgreñado y sus ojos verde puro me miran mientras sus labios sonríen de lado. Tiene los labios carnosos y el rostro fino. Nuevamente me llama la atención la hilera de puntos que tiene tatuada en el exterior del ojo izquierdo.

-¿Qué quieres?

-Lindos ojos.

-Suéltame.

-Soy Glenn.

-¡No me importa cómo te llames!

-Eres una bruja.

-Mira, no voy a hacer esto tan temprano. Estoy teniendo un buen día ¿Sabes? No voy a dejar que lo arruines.

-Pfff. Yo no te voy a arruinar nada ¡Sólo admítelo ya!

-¡Déjame en paz!

-¿Es en serio? Los ojos, la piel, el pelo ¿Cómo pasó? ¿Me vas a decir que fuiste a la peluquería? ¡Es tu magia, Maud!

Sé lo que vi, sé lo que hice, yo lo hice...es una locura ¿Magia? Fue magia, yo...yo no tengo explicaciones. No tengo excusas.

-¿Por qué te importa? ¿Quién diablos eres tú?

-Ven conmigo y te lo explicaré todo.

-No pienso ir contigo a ninguna parte, no te conozco ¡Y ya suéltame!
Intento soltarme sin éxito, él es más fuerte.

-Maud, es importante que vengas conmigo.

-¡Qué no quiero ir contigo!

Le doy una patada en el estómago y me libero, pero antes de que pueda alcanzar la puerta vuelve a atraparme y acorralarme contra la pared. Acerca su cuerpo al mío, tanto que rozan nuestras narices; huele a pino, a madera. No puedo evitar sentirme incómoda por la cercanía.

-Maud, tu magia acaba de despertar. Está muy inestable y no te controlas. Eres peligrosa, yo solo quiero ayudar. Necesito que vengas conmigo antes de que te lastimes.

La puerta se abre de par en par y un Adam furioso aparece. El chico se quita de encima de mí y yo me despego de la pared. Perfecto, más problemas.

-¡Adam!

-¿Quién es este?

-Mira, todo tiene una explicación.

-¡Ah, sí! ¡Me puedes explicar qué hacía este tipo encima de ti!

-Sí y cálmate, por favor.

-¿Qué me calme? ¡Me estás poniendo los cuernos, Maud!

¿Pero por qué no puedo tener un día tranquilo? Primero toda esta locura, aparece este tipo, me pasan todas estas cosas raras, resulta que tengo magia o algo así ¡No lo sé! ¡Estoy tan confundida! Y ahora un ataque de celos de un novio que ni siquiera me gusta ¡Joder! No puedo ser educada, no puedo mantener la calma ¡Estoy harta de toda esta mierda! ¡Estoy harta de no entender nada!

-¡Esto no es lo que parece!

-¡Mientes! ¡Estás mintiendo como mienten todas! ¿Por eso estabas tan rara, no?

-¡Juro que no miento! ¡Deja que te explique!

-¿Explicar el qué? ¡Está muy claro que me engañas con este...idiota! ¡Si es que, al final, son todas unas perras! ¡Y tú no eres diferente! ¡Eres sólo una perra mentirosa!

-¡Deja de decir eso!

-¿El qué? ¿Qué eres una maldita zorra?

La ira me consume. Calor, fuego, siento fuego salir de mi piel. Una enorme llama se forma en mi pecho y abrasa las entrañas. Mis manos arden y pican y quieren destruir.
Cierro los ojos y me entrego a la rabia, al rojo fuego que danza entre mis dedos, al deseo de quemarlo todo.

Los gritos sólo consiguen avivar las brazas en mi interior y la llamarada sale más fuerte, más viva. El refulgente calor del infierno, que baila y quema hasta la médula.

Todo queda en silencio.
Una flama purpúrea ahora brilla sobre mi piel como translúcido velo. Las brasas rojas pierden fuerza y se extinguen. La ira en mi pecho se torna humo. Abro los ojos. No queda más por quemar.

-¿Adam? ¡Oh, por dios! ¿Qué he hecho?

Las lágrimas corren por mi rostro, siento que me derrumbo y caigo. Cenizas, sólo veo cenizas ¡Lo le matado! ¡Lo he matado! Oigo un pitido ensordecedor, no puedo respirar. Mi sangre, mi sangre va muy rápido y el llanto me ahoga. Unas manos me levantan y yo grito tanto que duele el pecho y no oigo el grito.
Duelen la cabeza y los ojos, me duelen las manos. Me duele por dentro y es insoportable. Como un pinchazo agudo debajo de la carne, no, cientos de pinchazos, miles; que me desgarran las entrañas ¡Adam! ¡Soy un monstruo!
Una palma en mi frente y luego, oscuridad.

 Como un pinchazo agudo debajo de la carne, no, cientos de pinchazos, miles; que me desgarran las entrañas ¡Adam! ¡Soy un monstruo! Una palma en mi frente y luego, oscuridad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Soy una bruja [En Progreso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora