Soy una bruja [En Progreso]

Capítulo 5: Golem

Glen

-¿Entonces? ¿Qué no vas a mostrarme de lo que soy capaz?

Me pide con expresión decidida ¡Esta es Maud!

-Ponte de pie.

Extiendo la mano y tras dudarlo un segundo, la toma entre sus largos dedos y se pone de pie. La frialdad de mi piel logra sorprenderla; a decir verdad, a mí también de vez en cuándo.

La conduzco al centro de la sala. Me mira con la barbilla en alto, con su mandíbula tensa. Se ve menos perdida, me gusta. Divertirme con su timidez es genial, pero no creo que pueda seguir haciéndolo por mucho más tiempo. Ella se fortalece cada segundo, y los hilos de humanidad que le quedan se van reventando. Definitivamente prefiero esto.

Abro un armario al azar y observo cada cosa de las estanterías ¿Qué tenemos aquí? En este guardo los objetos encantados ¿Qué podría usar con Maud? Algo que no sea demasiado peligroso, pero tampoco demasiado seguro... ¡Lo tengo!

Un ser moldeado con aspecto humanoide, con grandes ojos y boca que acapara la longitud del rostro.
Tomo la figurita de barro en mis manos y sonriendo pongo la inscripción en su frente y el papel en su boca. Dejo el objeto delante de Maud, que mira expectante.

-¿Y bien?-Levanta una ceja- ¿Qué es eso?

-Despierta.

Ordeno en hebreo y la criatura de barro cobra forma. Rápidamente pasa de ser del tamaño de una mano a tener una altura cercana a los dos metros y medio. Ella lo mira con los ojos muy abiertos, el miedo se puede leer en su cara como un poema. Sus ojos rasgados se abren de par en par y aprieta su boca carnosa a la par que levanta las cejas tupidas ¡Tan linda!

Lo que podría describirse como un hombre marrón, calvo y forzudo de rostro distorsionado, yace frente a ella. Entonces me mira a mí buscando respuestas; no tarda mucho en empezar a gritar cuando el golem se sacude.

--Glenn! ¡Glenn, esto no es gracioso! ¿Qué está pasando? ¡Glenn! ¿Qué es esa cosa?

Por mi parte, camino sonriente hasta el sofá y me acomodo para ver el espectáculo ¡Esto va a ser divertido!

-Mátala-Ordeno con voz neutral-

El golem emite un gruñido (que helaría las carnes de cualquiera en veinte kilómetros a la redonda) y se abalanza sobre ella. Maud está dividida entre el pánico y las ganas de golpearme. Puedo ver la ira bailar en sus ojos mientras corre lejos de la criatura.

-¿Qué? ¡Qué mierda haces, detenlo! ¡Glenn, detenlo! ¡Maldita sea! ¡Glenn!

¡Jajaja, pequeñita! Me grita con la voz entrecortada por los movimientos bruscos que forma para evadir al bicho. Este, enviste contra ella a la velocidad que le permite su naturaleza. Lanza uno de sus brazos hacia Maud y ella se agacha a tiempo, pero su equilibrio falla y cae ¡Uuu, cuidado! El golem abre la boca (es como arcilla derretida) y gruñe sobre ella. El olor que emana es asqueroso.

Maud está desesperada, su cara es una mezcla de miedo y adrenalina.
Esto no era realmente necesario, pero no está mal devolverle toda la frustración por la que me hizo pasar antes de despertar ¡Todos esos años insoportables! Aun así, sé perdonar. Supongo que he sabido echar "tierra" sobre el asunto ¡Jajaja!

Tras un poco de persecución, el golem vuelve a atacarla. Esta vez la intenta aplastar con ambos brazos. La chica retrocede en el suelo y los puños de la criatura agrietan estrepitosamente la piedra del piso; capturando la punta del vestido que, tras un movimiento de escape, se rasga ¡Puntos extra para la bola de lodo! Debería haber traído algún bocadillo, esto se está poniendo interesante.