// La alianza//

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Dreambert.

El príncipe despertaba algo desorientado, como si hubiera olvidado por un momento que se encontraba en otro reino, el Pi'illow se levantó y miro el reloj, notando que recién eran las 7 de la mañana. Recordaba que Boo había dicho que a primera hora sería la firma pero cuando sería eso en un lugar donde la luz del sol no es presente, si no que hay "flamas azules y moradas* como luz.

—Creo que debió de ser más específico... —se levantó y entro al baño. Se daría una ducha para estar presentable, aunque aún seguía con ese extraño sabor en su boca.

Aún recordaba lo que había visto en esa extraña habitación, cuando había ido a curiosear un poco el castillo, se había perdido en el proceso, y hasta había llegado al segundo piso, ahí habían más habitaciones con muchas cosas, se podría decir que hay categorías, parecida a la mansión que tenía Luigi y que usaba Boo hasta ese entonces. 

No se había dado cuenta hasta donde había llegado hasta que encontró una puerta en particular al fondo de un pasillo, y ya había recorrido bastante. Le dio mucha curiosas entrar y fue lo que hizo.

—¿Mi príncipe? ¿Esta listo? —el viejo sabio entro en la habitación no sin antes llamar, el menor se sobresalto un poco pero reaccionó después de recordar lo que había visto— mi príncipe, el rey nos cita a desayunar primero antes de la firma, dice que será a las diez y apenas son las siete y media.

—Voy... Eldream... —el mayor lo miro cuando el joven se estaba arreglando— ¿Es verdad eso que en este reino... Todos los que hayan revivido con el champiñon 1-up... Tienen un límite? —el viejo se sorprendió por esa pregunta pero su rostro se endureció.

—¿Por qué lo dice mi alteza?

—Encontré algo... Algo que creí que nunca vería en mi vida... —el joven príncipe se colocó su sombrero almohada— ¿Cuántas ... Oportunidades tenemos...?

Peasley.

Estaba esperando algo impaciente a qué alguno de esos fantasma llegará con mi desayuno, y ya llevaba media hora esperando, no fue hasta que un mayordomo llegó y me dijo que tenía que ir al comedor a desayunar. 

—¿Seria todos? —pregunte.

—Sí, mi alteza...

—¡Perfecto! ¿Podría decirle a mi mano derecha que prepare el regalo por la paz? 

El mayordomo me sonrió cálida mente y se retiró mientras iba a avisar a los demás, es una pequeña tradición, y con eso me refiero a que estaba por cancelarse cuando Cackletta y Fawful se habían hecho pasar por los embajadores del reino, el dar un obsequio por la unión y la intensificación del comercio de todos los reinos. Lo que uno da como obsequio tiene a ser simplemente simbólico y hasta simple de cierto modo, es una forma física de decir que nuestros reinos están aliados.

Normalmente es un tipo de joyería. Gargantillas, broches, brazaletes, anillos o amuletos. La cosa es que sea algo que el rey pueda portar. Y ahora ya cambiado con una vestimenta un tanto más cómoda sin quitar lo elegante, me dirigí al comedor, en el camino me tope con Luigi, el cual se veía algo nervioso y preocupado. Me acerque y trate de preguntarle.

Harem. (Luigi X....)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora