-Hola princesa- saludó en tono burlesco- eh venido por ti- ¿por mi? Jaja, eso lo veremos..
-Déjame ser quién te aclare que te has equivocado de persona. Si buscas a una de tus amantes, ya salió hace unas horas, ¿No te informó del cambio de horarios?
-Ayyy Kag, ahorremosno esta escena- dice señalandonos- ambos sabemos como terminará esto.
-Mmm lo dudo, dame una pista- le reto.
-Tú y yo dejaremos esta charla atrás, nos subiremos a mi coche, y partiremos a casa de tu madre, la cual nos está esperando ansiosa por tu llegada- me tensé.
-¿Mi madre, ansiosa por mí llegada? Déjame dudarlo. Ah, y déjame decirte que en tu relato sólo le has acertado en una parte.
-A si....¿en Cuál?
- En la de que me subiré a un auto- él sonríe autosuficiente cuando me oye- pero no es el tuyo nene.
Cuando suelto las últimas palabras, Inuyasha, mi ex confidente, logra que en su rostro se refleje la molestia, dando paso a la furia.
- Te vendrás conmigo y punto final- antes de que pueda negarme, me toma fuerte por las muñecas y ejerce presión en ellas, logrando que se escape de mis labios un gemido de dolor.
-Maldición. Quita tus mugrientas garras de mi, maldito perro diabético- pero por más que forcejeo, el siquiera se inmuta.
-Sabes que no lo haré, así que te recomiendo que detengas este teatrito, si no quieres que tu amante y su primo se vean perjudicados en una revuelta familiar.
Observé como Bankotsu y Hiten se acercaban con rápidos pasos hacia nosotros, pero también divisé detrás de ellos una garita con dos policías, los cuales tenían la mirada posada en nosotros- No te atreverías- acoté.
-Yo no tengo las de perder nena- se carcajeó el muy maldito.
Debía hacerlo, debía ir con el para alejar a Bankotsu antes de regarla.
-Aparta tus manos de ella- dice Bankotsu con sus puños apretados, mientras se gana a mi lado.
-¿Porqué quitaría mis manos de mi prometida Black?- automáticamente giré en su dirección con suma molestia.
-Yo no soy tu maldita prometida Inuyasha.
¡Me niego!-Gran error mi lady, oh , quizás olvide mencionarlo- dijo fingiendo inocencia- estamos llendo para celebrar nuestro compromiso. Te hice una pequeña mentirilla amor, no tan sólo te espera tu madre, si no también los mios. Es una reunión familiar- él me hablaba a mi, pero su mirada estaba posada en un furioso pelinegro.
-Bank..._ susurré negando con mi cabeza- Lo siento.
- No lo hagas - rogó- yo puedo ayudarte, déjame hacerlo- en ese entonces, Inuyasha soltó una carcajada sarcástica demasiado exagerada para mí gusto.
-¿Ayudarla? ¿Tú? - el tono de su voz destilaba burla- No eres nadie y no tienes nada para ofrecerle, si quiera estudias analfabeto de cuarta.
-Te equivocas- se defendió mi amigo- tengo todo lo que ella necesita- aseguró con furia. Y era cierto, porque todo lo que yo necesitaba era a él. Nunca fuí, ni me consideré una persona materialista. Siempre me bastó vivir el día a día, y él me conocía más que yo a mi misma.
-Jajaj si seguro, como ese departamento de cuatro por cuatro, o ese empleo que apenas te da para sustentarte...a no ser que...
-¡Detente!- exploté- no te atrevas a decir nada más de él. No eres nadie para dirigirte o hablar de esa manera hacia su persona.
-Soy mucho más que él- se auto halagó.
-Tú no le llegas ni a los tobillos estúpido creído - mi amigo sonrió triunfante, mientras que Inuyasha terminó encolerizado. Demonios, debería de haberme llamado al silencio. Carajo.
Envíe una mirada esperanzada a Hiten para que me comprendiera sin palabras de por medio y gracias al cielo, él lo hizo.
Una mirada maliciosa se posó en él rostro de mi supuesto prometido, una mirada cargada de una promesa de venganza silenciosa. Temí por mí.-Hablas como zorra en celo- escupió asqueado - Pero no me importa que ya te hayas acostado con él, a partir de hoy yo me encargaré de borrar cada una de sus marcas- inmediatamente Bankotsu se abalanzó sobre él con una voracidad temible, pero Hiten se interpuso.
-Cobarde, ¿Cómo te atreves a hablarle de esa manera, como si se tratase de una cualquiera?- me defendió.
-¿Qué acaso no lo es si ah estado contigo?- Bankotsu hizo crujir sus dientes e Inuyasha sonrió más que victorioso- Oh... espera...esto es genial, definitivamente hoy es mi día.
Me comprometeré con una flor blanca- se jactó.- No te atreves a poner un sólo dedo en ella...
-¿O que? - Le cortó - ¿ acaso olvidas quién tiene el apoyo de su madre idiota? Mejor y te mantienes en tu lugar de espectador inútil. Tú ya no puedes hacer nada por ella.
Inuyasha volteó y me tomó por los hombros y me habló al oido- si no sales de aquí conmigo, me encargaré de hundir la empresa que tanto le costó a tu padre levantar y haré que tu amigo, el pordiosero, y su primo, terminen en la cárcel por alboroto y desacato a la autoridad- me tensé. Cuanta maldad había en la persona frente a mí, esa persona de la cual ina ves me había enamorado.
Mire una ves más a Hiten y este asintió en mi dirección.
-Lo siento Bank...
-No lo hagas - repitió una ves más, con un deje de tristeza.
-Todo se solucionará- susurré al pasar por su lado. Él me quiso seguir, pero Hiten lo retuvo con fuerzas.
Antes de llegar al auto, me solté del agarre de Inuyasha, volví dónde mi amigo se había quedado como estatua y lo abracé con todas mis fuerzas.
El también lo hizo, me tomó por ambas mejillas y me susurró al oido- Te esperaré- luego depósito un casto beso en mi mejilla, logrando transmitir toda su calidez a mi persona.
-Lo sé- sonreí...- Gracias- dije en dirección a Hiten. Él me devolvió la sonrisa. Retrocedí unos pasos y volví a hablarle- Bankkkk- elevé la voz...
-Dime- respondió con una mueca.
-Solo tú eres más que suficiente...
-Lo sé nena, lo sé...- pero en su rostro estaba la duda implantada.
Maldito Inuyasha.***
Capítulo editado ❤
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Yo curaré tus heridas
Fanfiction-Ser rico no te hace ser mejor persona, a no ser que esa riqueza proceda de tú corazón- -Floor-