II.Correo.

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Ese día como todas las mañanas los Dursley se preparaban para un nuevo día, Vernon para su trabajo y Dudley para hacer sus maldades diarias, estaban disfrutando de un delicioso almuerzo preparado por Petunia, platicaban de las cosas cotidianas y triviales de la vida, riendo de los berrinches del menor. Olvidando por completo la existencia de un pequeño de ojos verdes, quien estaba sentado en la sala con el gato en brazos.

Petunia miraba nerviosa hacia su dirección pendiente de cualquier movimiento en el menor; El gato también miraba con ojos sospechosos a la mujer.

—Muchacho ve por el correo—Rugió Vernon Dursley sin atreverse a mirar al chico, este dejo a un lado a su querido Marvs para así poder agarrar el correo, sin molestarse en llamar a su tio, seria una perdida de tiempo. De entre todas las cartas, pagos, deudas, propaganda y de mas, habia una carta estaba dirigida hacia el.

Escondiendo su carta le entrego el correo a su tío, quien sólo bramó enojado las estupideces que los comerciantes baratos ponían en su buzón. Una vez todos terminaron solo el y su tía Petunia quedaban bueno si no contamos a Marvs.

—Agarra lo que está en ese plato y vete a la alacena— Como siempre desde hace aproximadamente dos años no lo miraba directamente a los ojos. Aunque la verdad a Harry eso no le importaba, para el mejor el menor contacto de su tía con ellos.

Sonrió sabiendo que por fin tendría su comida junto a un momento a solas, ese que siempre atesora. Dando un leve gracias ( por qué aún así tenía educación) tomo su comida y marchó a su cuarto, seguido de cerca por ese peculiar gato cual tigre de dientes afilados.

Una vez adentro, agarro un pequeño pedazo de tocino, su gato se acomodo en su regazo para leer, se dispuso a leer la carta que estaba a su nombre.

Hogwarts: Colegio de magia y hechicería.

¿Leyó bien? Magia decía esa carta una carta de aceptación a una escuela mágica, pero la magia no existía. Por lo menos eso le decían sus tíos, pero el sabía mejor que eso.

—Marvs—Llamo a su pequeño amigo para que esté acudiera a su llamado, aunque el gato solo levantó la cara— ¿Quien crees sea el indicado a venir?

La curiosidad en sus hermosos ojos era casi eclipsado por la oscuridad de la habitación, más los brillantes ojos azules de el felino miraban más allá de eso, ese gato miraba las emociones que giraban dentro de esos pozos verdes eternos.

Harry miro la lista de útiles escolares que le harían falta para ese ciclo escolar esperando la respuesta de su felino, puede que para otros sonara a locura, pero desde hace años que dejó de parecerle una locura la idea de que los felinos hablen.

Harry, lo más seguro es que sea un maestro que sepa cómo manejar la situación—Con la agilidad característica de su especie trepó desde su regazo hasta sus hombros para recibir gustoso las caricias de su dueño— No creo sean capaces de confíar un cachorro en manos de personas incompetentes.

Harry sonrió con emoción en sus brillantes ojos, contando los segundos, minutos y horas que faltaban para que llegara ese mago que lo llevaría a tan maravilloso mundo, sus ideas moviéndose alrededor de su mente. Marvs moviendo la cola lentamente mientras sentía las emociones de su dueño gracias a la magia.

Cuando ese momento llegará (el momento donde por fin pusiera pues en suelo mágico) Harry sabía no habría vuelta atrás en su vida, por qué no había poder sobre la tierra que lo hiciera volver a este tipo de vida, una vez este en su mundo ideal.

*Editando* Lullaby (Tomarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora