VIII.Canta

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La torre de astronomía ofrecía una de las vistas más hermosas en Hogwarts, podías ver desde lo enorme que era el lago negro, hasta la casi igual extensa línea de árboles, pero lo más hermoso que podías apreciar era el maravilloso atardecer.

Pocos sabían de la maravilla de este lugar; los que si sabían no iban por distintas cosas, entre ellas el miedo a ser regañados por el jefe de casa o Filch.

—Es maravillosa la vista aquí Marvs— Murmuró Harry, se encontraba sentado cerca de la ventana—Deberías de verla.

Para muchos sería tierno ver a un niño que habla con su mascota; Pero en realidad es que Harry podía entender bien a Marvs a la perfección. A principio creyó que era por qué Marvs era especial, pero en realidad era Marvs le explico que era algo especial de Harry.

Aprecio la invitación de verdad que lo hago, pero no soy fanático de las alturas— Su hermoso pelaje solo se erizo ante la idea de estar tan cerca del ventanal.

—No seas miedoso solo debes de tener cuidado— Pero sabía que convencer a Marvs de lo contrario sería imposible, aún así intentaba.

—Perdón pero no, ya perdí tres de mis diez vidas gracias a alguien que me aventó desde muy alto. Marvs solo se acercó a los pies de Harry, confiaba en el chico para que no lo obligará a subir.

Harry suspiro mientras acariciaba el lomo de Marvs, aún no se acostumbra al hecho de que hubo personas horribles en la vida de Marvs que quisieron matarlo para obtener una pizca de su poder. Aún así Marvs confiaba en él, dormía a su lado y le confiaba secretos, Marvs había estado con Harry desde sus peores momentos.

—¿Harry?— Poso sus ojos en los ojos azules de Marvs poniendo total atención al pequeño tigre que tenía a su lado—Canta otra vez.

Harry sonrió por qué sabía a qué se refería Marvs, la canción con la que Harry había pedido una compañía, canción que unió los destinos de Marvs y Harry.

Mi alma en pena llora por tu amor, mi alma en pena ríe por tu amor. Mi dulce voz canta tu llegada, mi dulce voz canta tu marchar— Entonaba las notas mientras tomaba una suave danza alrededor de la torre, para diversión propia y del tigre magico.

Aunque mil años pasen mi voz te buscará, aunque mil años pasen mi alma te llamara.  Mi gran amor con tus brazos dame calor. Que mi alma en pena, llora por tu amor—Marvs admiraba la forma en la que su amo, parecía danzar con la magia misma al son de la canción.

Esa canción fue lo que hizo Marca se decidiera a formar un vínculo con Harry. El hombre sonriente, aquel que lo sostuvo en sus brazos le había dicho que Harry era especial y que tendría que acompañarle. Marv's estuvo decidido a no encariñarse con el chico, pero en cuanto había entonado esa melodía todo plan se derrumbó para Marv's.

Harry tenía magia en su mirar, magia cuando hablaba y magia en su piel, una magia que te hacía imposible el apartar tu mirada. Cuando Harry canto por primera vez en esa pequeña alacena Marv's pudo ver por primera vez aquello que hace siglos dejo de ver.

Pudo ver por fin un destello de los hijos de Vita. En Harry pudo ver un pedazo de Vita.

Mi pequeño niño dime ¿Qué puedo hacer por ti? lo que quieras trataré de darte. Mi pequeño niño ¿Quieres diamantes? En ellos vamos a bañarte. Por que aunque pasen mil años mi alma va a buscarte— Esa canción era sin duda alguna la favorita de Harry, la cantaba con un sentimiento sin fin, era la favorita de Marvs por sobre todas las demás no solo por qué le recordaba a un pasado amado, pero también por qué le prometía un futuro brillante.

*Editando* Lullaby (Tomarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora