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Eleanor

Pasaron tres días y lo único que hacía era beber y fumar, me había alejado de todos, no dormía, mi cuerpo no concebía el sueño.
Jazz intentó que dejara de beber pero no pudo, le pedí a mis padres que me dejaran quedarme con ella un tiempo, ellos aceptaron, por más que la gente intentaba comunicarse conmigo yo me mostraba ausente.
Mi padre es quien trataba estar en contacto siempre conmigo e intentaba todo con tal de hacerme sentir mejor, pero simplemente sus intentos eran inútiles, no funcionaban como la última vez.
Una tarde estaba en la habitación de Jazz, oí que alguien tocó la puerta y vi la mata rubia de Lucas, no respondí pero de todos modos entró.
-¿Estás bien?- preguntó tímido, yo no me sentía con ánimos de hablar, miraba un punto fijo en la pared.
-¿Cómo crees que estoy? Fui despedida de la compañía, perdí un contrato con el mejor ballet del mundo y mi novio me engañó- dije sarcástica.
-¿Sabes? A veces no entendía el porqué actuabas tan raro, pudiste habérmelo dicho, Eleanor, hubiera dejado de molestarte- se sentó junto a mí.
-No era así de fácil, no podía contarle a nadie pero ahora todo el mundo lo sabe- comencé a sollozar, abracé mis piernas, Lucas se quedó inmóvil en su lugar.
-He visto lo que dicen de ti y créeme que ninguna de esas personas tiene razón, eres fuerte, dedicada, divertida, talentosa y sobre todo valiente- sonrió.
-No soy valiente, de hecho soy cobarde, tan cobarde que me he decidido a ahogar mis penas en tabaco y alcohol- lo miré.
-Eleanor, no pienses negativo, tienes muchas más virtudes que defectos- puso su mano en mi rodilla, comencé a llorar más, él me abrazó.
-¿Por qué me hizo esto?- dije en un mar de llanto refiriéndome a Tom.
-Ya no pienses en eso, no eres lo que otras personas dicen de ti- dijo recargando su cabeza en la mía.
Lucas intentó hacerme hacerme olvidar lo que había pasado por el resto de la tarde pero sus intentos fueron fallidos, nada podía reconfortarme.
Cuando se fue volví a ir al súper mercado que estaba cerca de la casa de Jazz, compré más botellas de alcohol y cigarros.
No había oído nada de aquel infeliz en estos tres días, ni siquiera quise encender la televisión, quería perderme en mi mar de lágrimas y si se podía ahogarme.
Apenas y comía, no sentía hambre pero Jazz me obligaba, sin embargo a veces sentía demasiadas náuseas, no podía con mi malestar de vez en cuando.
Jazz me comentó que al parecer Tom estaba en Estados Unidos, así que ese día por fin me animé a ir al apartamento, me di una ducha y me puse ropa deportiva, al llegar cuando bajé del auto había tres paparazzis los cuales me atascaron de fotos y preguntas, yo sólo los ignoré y seguí con lo mío.
Cuando estaba frente a la puerta mi mano temblaba al tocar la perilla, cuando por fin la abrí sentí como un viento lleno de palabras y recuerdos golpeaba mi rostro, pasé con cautela y observé el lugar, se veía un poco desordenado, mis pasos siguieron lentos hasta llegar a la habitación, al entrar esta estaba medio ordenada, vi las fotos sobre la cama y mi sangre hirvió, decidí ignorar esa sensación y fui por mis cajas de cosas de Harry Potter, también me llevé mi caja de libros, mis discos, todo lo que había olvidado que venía desde algo de ropa a otros objetos simples, hice algunos traslados hacia mi auto, mientras revisaba que no olvidara nada oí la puerta cerrarse, mi corazón latió con fuerza, temerosa me asomé en la sala y vi a Harrison.
-¿Eleanor?- preguntó y yo asentí.
-Vine por unas cosas, ya me iba de todos modos, adiós- choqué mi hombro con el suyo, él tomó mi brazo.
-Quiero hablar contigo- pidió, al principio me negué pero después de que insistiera acepté.
-Qué sea rápido, debo irme- ordené.
-En serio me siento terrible por lo que ocurrió, sabía lo que Tom estaba haciendo, y no te dije nada porque creí que sería correcto que él te dijera- dijo apenado.
-Lo que sea, ya pasó, Tom y yo ya no somos nada- solté con rabia.
-Y sé que debí decírtelo desde el viaje a Los Ángeles pero...- interrumpí.
-¿Desde entonces me engañaba?- exclamé alterada.
-Sí, pero Eleanor, no...- volví a interrumpirlo.
-No, Harrison, ya basta, no quiero saber nada de ustedes dos, creí que siempre ibas a ser sincero conmigo, pero al igual que Tom, jugaste con mis sentimientos- salí de apartamento, me fui a mi auto y regresé a casa de Jazz.
Al llegar volví a tirarme en la cama a beber, odiaba hacer eso, de hecho había comenzado a asquearme pero no se me ocurría otra cosa para olvidarme de Tom.
-Tom está hablando de ti en la tele- la encendió en su habitación y vimos que estaba en una entrevista.
-¿Y esa chica, Eleanor?- preguntó la entrevistadora.
-Eleanor era mi novia, nunca hice nuestra relación pública porque no quería que nadie se metiera con ella- comentó, él se veía mas ojeroso.
-¿Por qué hablas en pasado? ¿Acaso terminaron?- los ojos de Tom comenzaron a cristalizarse y sólo asintió.
-¡Maldito farsante!- le grité al televisor, tomé el control y lo apagué.
-Ele, cálmate, por favor- rogó Jazz, ella había sido tan buena amiga estos días, cuidaba de mí, siempre intentaba hacerme sentir bien.
-No entiendo, Jazz, ¿qué se supone que haga?- pregunté llorando.
-No lo sé, sigue intentando con el ballet, no te des por vencida- comentó sentada frente a mí.
Los mensajes de odio seguían haciéndose presentes en mi teléfono, por lo que tomé la decisión de eliminar todas mis redes sociales menos Twitter, era lo suficientemente masoquista como para de vez en cuando ver si él hablaba sobre mí, pero no lo hacía.
La semana terminó y mi estado de ánimo no mejoró, Nikki me pedía que fuera a verla, dijo que quería hablar conmigo, tuve que pensarlo mucho para tener el valor de pararme por su casa.
Decidí arreglarme un poco, me puse una camiseta rayada y unos jeans de tiro alto, también me puse mis converse negros.
Estacioné una calle antes y me quedé pensando, mentalizándome para lo que podía ocurrir.
Luego de unos minutos me bajé del auto y caminé hasta la casa de los Holland, ya frente a la puerta toqué, segundos más tarde Nikki abrió, en sus ojos se notaba la sorpresa, me invitó a pasar, ella había preparado té y salimos al patio trasero, nos sentamos en la mesita que ahí se encontraba y no hablé, no tenía valor para mirarla.
-Lo siento mucho, Eleanor- dijo apenada, al parecer todos sólo podían pedirme disculpas.
-No es tu culpa, Nikki, no me pidas disculpas- la miré.
-Sí necesitas a alguien para hablar sabes que me tienes a mí, puedes contar conmigo- dijo y yo sólo asentí.
-Gracias, Nikki, es sólo que siento que lo he perdido todo- sollocé.
-Eleanor, tienes a muchas personas que te aman y sé que hablo de mi hijo pero el mundo no debe venirse abajo por un chico- la miré confundida, de seguro él no le había contado nada.
-Lo siento, Nikki, pero no estoy así por Tom- ella me miró confundida- me despidieron de la compañía y ni siquiera pude presentar la audición.
-¿Qué? No sabía que eso había sucedido- me abrazó, comencé a llorar en su hombro.
Luego de un rato me calmé, charlamos el resto de la tarde, ella estaba sola lo cual era bueno para mí, odiaría que los muchachos me vieran llorar.
Mi teléfono sonó, era una llamada de Lucy, me levanté para atender.
-Hola- contesté.
-Eleanor- dijo entre sollozos.
-¿Qué ocurre?- pregunté preocupada, ella seguía llorando- ¡responde, Lucy!
-Es papá- dijo con la voz entrecortada.
-¿Qué ocurre con él?- pregunté desesperada.
-Tuvo un infarto y está en el hospital, está en terapia intensiva- soltó.
-¡No!- grité, sentí presión en mi pecho, el aire comenzaba a faltarme, Nikki me ayudó a respirar.
-¿Qué sucedió, Eleanor?- la madre de mi exnovio de notaba asustada.
-Mi padre está en el hospital- dije sin poder creerlo.
-Eleanor, te llevaré a Brighton- comentó, fuimos a casa de Jazz por mis maletas, mi amiga fue con nosotras, luego de horas llegamos, entré a casa desesperadamente y mi mamá estaba llorando, cuando me vio corrió hacia mí.
Fuimos al hospital, el ambiente lúgubre reinaba aquel edificio.
Fui a la habitación donde mi padre descansaba, estaba con oxígeno y se veía débil.
-Papá, aquí estoy- dije sentándome a su lado.
-Mi pequeña Eleanor, recuerdo cuando eras una niña y te llevé a tu primera clase de ballet, tenias ciertas dudas sobre si era lo que querías- rió con melancolía.
-Lo sé, me alentaste a entrar porque tenía miedo- dije acariciando su mano.
-Y mírate ahora, tal vez lo que ocurrió no fue a tu favor, pero por algo suceden las cosas, no puedes controlar lo que te pase pero si tus reacciones- dijo mi padre con voz débil.
-Vas a mejorar papá, lo prometo y cuando eso pase volveré a intentarlo- sollocé, mi padre me dedicó una sonrisa.
-Te amo, Eleanor, cuida de tu madre y Lucy, eres fuerte, más de lo que piensas, no dejes de luchar por lo que quieres, tampoco dejes de darle esa luz a la vida de las personas que conoces, el miedo no debe vencerte, hija, porque a pesar de las circunstancias siempre estaré contigo- dijo tranquilo, el sonido del monitor que medía el pulso cardiaco de mi papá comenzó a sonar cada vez más rápido.
Comencé a gritar para que las enfermeras llegaran a la habitación, entraron los doctores para auxiliar a mi papá, unas enfermeras me sacaron de la habitación y oí aquel ruido seguido, intenso retumbando en mis tímpanos.
Mi madre y mi hermana lloraban desconsoladas, sentí como mi dolor me ensordecía, el médico se acercó a nosotras, no oí lo que dijo pero su expresión lo decía todo, las cosas pasaban en cámara lenta, me sentí con nauseas y lo único que hice fue vomitar.
Nikki y Jazz sólo miraban la escena, no podía creer que mi padre ya no estaba.
En la tarde mi madre a pesar de todo su dolor arregló los papeles para el funeral, sería mañana en el cementerio de Brighton.
Nikki avisó a su esposo y a Hazza lo sucedido, pero le pedí que no le comentara a Tom.
Esa noche no pude dormir, la pasé despierta acompañada de una botella de vodka mientras miraba las estrellas desde el techo de mi casa, maldecía de vez en cuando, esa noche fue demasiado difícil, como pude a la mañana siguiente me di una ducha y me puse un vestido negro, no me maquillé ni peiné, no tenía sentido arreglarse para esto.
A la 1:00 pm ya estábamos en el cementerio donde un sacerdote oficiaba la misa, no oía sus palabras, sólo podía ver aquella caja donde el cuerpo de mi padre descansaba, estos últimos años él había sido un pilar importante en mi vida y simplemente una bola de demolición lo tiró todo sin piedad.
Odiaba las condolencias, no quería que la gente sintiera lástima por mí, mi madre estaba completamente destruida, nunca la había visto tan triste.
El sacerdote me pidió dar un discurso, me acerqué a la caja y miré a todos los presentes.
-Hola, bueno, yo...- mi voz temblaba- Robert Dunne no sólo fue un padre para mí, él me ayudó a descubrir mi pasión en el ballet, siempre creyó en mí y...- sollocé- Y siempre estuvo ahí para sujetarme en los momentos que creí que caería en un precipicio...- suspiré para calmarme- Ahora quisiera que estuviera aquí- No pude contenerme más y me solté a llorar aún más.
La ceremonia terminó, me senté en en el pasto, encendí un cigarro y seguí llorando, miraba a todas aquellas personas que asistieron, las lágrimas nublaban mis ojos y vi una silueta acercarse a mí, limpié mis ojos y lo vi, castaño, ojeroso, un poco más alto que yo, Thomas.
Lo miré con odio, me levanté y comencé a caminar en dirección contraria a él, sentí como tomó mi brazo.
-Eleanor, espera- dijo, yo me solté de su agarre.
-No, no digas nada, Thomas, no aquí, no hoy- lo miré mientras me quebraba en llanto.
-Por favor, sé que no es el momento pero necesitamos hablar- sollozó.
-No, no vengas de hipócrita a llorar como si la víctima fueras tú, no quiero saber nada de ti, lo que un tuvimos lo echaste a perder- lo odiaba porque aunque me lastimó aún lo seguía amando y eso es lo que apuñalaba mi corazón con demasiada fuerza.
-Eleanor, por favor, en serio te amo- suplicó, seguí caminando hacia mi auto, él iba detrás de mí hablándome pero lo ignoraba, mentalmente me sentía demasiado débil para lidiar con él.
Emprendí camino a casa pero hice una parada en el supermercado, compré muchas botellas de alcohol y muchas cajetillas, esa era la única inversión que había estado haciendo estos días y sentía pena por todos los que debían lidiar conmigo, por eso prefería beber sola, meterme en mi mundo y no molestar a nadie, regresé a casa y me encerré en mi habitación.
Me senté en el balcón de mi habitación, sentía los rayos del Sol golpear mi rostro húmedo por las lágrimas, recordaba el día en el que había conocido a Thomas, la vida en ese entonces parecía demasiado fácil, no debía preocuparme por nada más que aprobar mis exámenes, nunca imaginé estar en esta situación, lo recuerdo a él, intentando parecer confiado entrando al salón de danza, estaba más delgado, en ese entonces podía decir que Thomas me amaba sin pensarlo dos veces.
Mi teléfono sonaba, su nombre aparecía en mi pantalla, no respondí, su voz haría que me quebrara en cualquier instante.
Me senté en mi cama y tomé mi laptop, abrí Twitter porque quería ver todo lo que se decía de mí, me ponían sobrenombres hirientes, en ese momento los pasé por alto, ya no me interesaba, lo había perdido todo.
Abrí la primera botella, encendí el primer cigarro y en eso me perdí, Eleanor se había perdido y no sabía si iba a poder recuperarla, estaba demasiado lejos de mí y me sentía pegada al suelo, inmóvil para intentar alcanzarla.
Los mareos y náuseas continuaron, mi madre se preocupaba cada vez más por mí, no quería aturdirla, sabía que la estaba pasando mal, perdió al amor de su vida, en eso ambas estábamos igual.
La semana siguiente sentí un dolor gigantesco en mi vientre, le grité a mi madre cuando comencé a ver qué salía sangre de forma descontrolada. El dolor aumentaba, mi madre llamó una ambulancia, a los pocos minutos se hizo presente en la puerta de nuestra casa.
Sentí como mi vista se iba nublando, después caí desmayada sin saber que había sucedido conmigo, ojalá hubiera muerto.
Al despertar oía voces, no eran tan claras, estaba en una habitación blanca, cuando los médicos se dieron cuenta de que había despertado mi madre y un doctor se acercaron a mí.
-Hija, ¿cómo te encuentras?- preguntó preocupada mi madre.
-Me duele el vientre, ¿qué ocurrió?- dije con la voz temblorosa.
-Eleanor, tuviste un aborto, fue debido a las grandes cantidades de alcohol que había en tu cuerpo, no sabes como lo siento- dijo el médico, mis ojos se abrieron como platos debido a la impresión.
-¿Qué?- exclamé.
Recordé la última vez que me acosté con Tom, él no usó condón, no obstante yo todos los días tomaba mi píldora, malditos métodos anticonceptivos y su poca efectividad.
Me sentía culpable por el hecho de que ese embrión dependiente de mí hubiera muerto por mi irresponsabilidad pero no podía evitar sentir felicidad por ese alivio de no tener que ser responsable, a mis 21 años no tenía un empleo estable para poder criar un bebé, apenas podía conmigo, en este momento no estaba lista para ser madre.
Guardaría este secreto de Thomas para siempre, jamás sabría de la interrupción del embarazo.
Claro que esto llegó de imprevisto, me hubiera encantado formar una familia con Thomas pero en diez años y por supuesto en otras circunstancias.
Ya no deseaba que apareciera por la puerta pidiéndome disculpas por ser un completo idiota, la magia se había esfumado.
La noticia del embarazo era algo que me tomó por sorpresa, admito que fue gracioso ver la cara del doctor al ver mi alivio.
Debía madurar y ser más responsable pero sinceramente ya no me importaba lo que pasara conmigo, justo ahora desearía terminar con mi vida, pero tampoco pensaba tirarme tanto al drama.

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Hola de nuevo.
Sentí muchas ganas de subir otro capítulo, me gusta ver a Eleanor como una persona real, mi hermana dice que le cae mal, ¿a ustedes igual o sí la quieren?
Me da risa que mi hermana dice que de las diez veces que Tom le ve la cara ella se da cuenta dos Jajajajajaja.

Cambié la portada, ¿les gusta? Me gustaría comentarles que la chica que hace a Eleanor principalmente es Kristine Frøseth de "Sierra Burges is a loser", pero también es una bailarina que admiro mucho que se llama Alexandra Khiteeva, por eso me pre...

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Cambié la portada, ¿les gusta? Me gustaría comentarles que la chica que hace a Eleanor principalmente es Kristine Frøseth de "Sierra Burges is a loser", pero también es una bailarina que admiro mucho que se llama Alexandra Khiteeva, por eso me precio justo y necesario darle su momento de fama y ponerla en la portada.
¿Les gustó este capítulo?
Me gustaría que mi historia no les pareciera cliché y que les pareciera no sé cómo un poco "realista", esto lo digo porque hay una fanfic de Tom que se llama "Pew, pew", cuando acabé de leerla todas las fanfics, incluso la mía, me parecían muy tontas jajaja.
No se olviden de votar, si gustan comentar, recomendar y compartir.

Síganme en Instagram @hollandlandvik, lo que pienso subir principalmente son memes y edits feos de Tom

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Besos.

I know places // Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora