Un año despues
-¡Que se van a sorprender, les digo! no saben lo hermosa que está, no la van a reconocer. Yo la vi ayer, despues de sus vacaciones y se me caía la mandíbula-dice Camila, una amiga del colegio.
Estoy llegando al salón. Lo que dijo Camila me dio pudor y, a la vez, me sentí extremadamente bien. Se lo estaba diciendo a mis compañeros, a quienes se encargaron de hacerme la vida imposible por mi aspecto físico, aprovechándose de mi falta de autoestima para llenar la suya.
Entré al salón, veo como todos voltean. Nadie dice nada.
-Hola, buen día ¿No?-digo rompiendo el silencio.
-¡Amiga, al fin volviste!-mi grupo de seis mejores amigas salta a abrazarme.
Vuelvo de mis vacaciones de verano, las mejores por cierto. Male me invitó un mes y medio a Colombia con toda su familia. Cuando volvimos, nos fuimos a Miami-Orlando quince días con mis padres como -segundo-regalo de mis 15 años.
Tengo un bronceado espectacular, estoy dorada y eso hace que se resalte la sonrisa. El pelo me creció y tengo unos reflejos naturales-que amo- que se me hicieron con el agua del mar. Bajé quince kilos desde aquella conversación que tuve con Male por Messenger y mi cuerpo se terminó moldeando a las exigencias del Hockey. Me siento bien, me siento saludable. Me gusta mirarme al espejo, me gusta quedarme horas observando lo que tanto me costó.
-Está super diferente, es cierto-escucho que dice Gerónimo en voz baja.
-No me lo puedo creer, es increíble, es otra persona-le contesta Hector.
-Carajo, ¡Hasta está buena y todo!-dice Ignacio.
-¡Ajjjj!, cabrón-dice Gerónimo-¿Acaso te gustan las ex-gordas?-se escuchan risas cada vez más altas.
¿Pero es que ya nada alcanza?¡Son una manga de infelices, joder!.
Entendí una cosa: Si quieren hacerte la vida imposible, lo harán. No pasa por bajar de peso, por cambiar tu pelo, tu forma de pensar, tu forma de ser. Tienes que cambiar la forma en tomarte las cosas pues, ¡Gente mala siempre habrá! y con eso no puedes hacer nada pero, puedes hacer algo con lo que dices o haces tú. En lugar de inhibirme y dejar que esos comentarios arruinen mi día-que recién había arrancado-opté por aprovechar ese autoestima que había ganado y les contesté.
-¡Los escuché, tontitos!-les contento riéndome-igual no se preocupen, gorda o "ex-gorda", jamas me fijaría en un par de idiotas como ustedes. Así que, pueden seguir mirándome el trasero, que estoy segura que ahora les gusta mucho más que antes porque, al fin y al cabo, solo van a poder mirar.
Se empezaron a escuchar aplausos, risas, gritos y demás que venían de mis amigas y de los otros compañeros del curso.
-¡Uoooooooo!-empezaron a gritar todos en grupo a modo de apoyo.
Parecía una especie de rebelión ante los bullys del curso y ¿Quién mejor que yo para hacerla?.
Los infelices no sabían qué demonios hacer y tampoco sabían qué decir. Esta vez gané yo, al fin.
Me di media vuelta y me senté al lado de Male, quien no paraba de reírse y mirarme con cara de: ¿Really amiga, eres tú?. Me abrazó fuerte.
-Siempre estuve orgullosa de ti. Pero, ¡Esta Melina con fuerza, me encanta!.
-Lo sé amiga, mucho de la fuerza que pude ganar es gracias a ti y a tu incondicional apoyo. No sé que hubiera sido de mi si no tenía tu hombro para llorar todas las veces que lo necesité-le contesto haciendo que seco mis lagrimas a modo de chiste.
-¡Me haras llorar, maldita!-me contesta riéndose mientras me abraza.
Empezó cuarto año, anteúltimo año de mi secundaria. Empezó mi momento.
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Desconocida
RomanceElla se enamoró de Lucas, él se enamoró de una parte de Florencia. Florencia es la chica que nunca existió.