Flores y fobias

Capítulo XXIII

-Flor... gorda... por fin... estaba preocupada... todo bien? - La desesperación en su voz fue evidente...

Jazmín esperó paciente que Flor regresara... o diera, al menos, alguna señal...

Pero esa calma inicial se esfumó (no tan lentamente) a medida que pasó el tiempo...

Y quien podría culparla...

Los minutos pasaron sin tregua; convirtiéndose en horas...

Pasó un rato, pasó otro... y varios mas...

Intentó distraerse con cualquier cosa, pero cada vez se le hacia mas y mas difícil...

Lo peor era que no sabía que hacer. Estaba preocupada, eso era innegable, pero no quería molestar a Florencia... Quería respetar su espacio... darle tiempo... no interferir

Eso... justamente eso... no interferir...

Sobre todo pensando en la posibilidad de que, contra todo pronóstico, las cosas hubiesen salido bien y un llamado solo interrumpiría un grato momento entre madre e hija.

Se sentía un poco ilusa, la verdad.

El simple hecho de considerar esa posibilidad era un tanto "infantil"... eso lo sabia.

Pero... por otra parte... no podía dejar de ser como era... no podía dejar de buscar buenas intenciones, aun donde muchas veces no las había.

Claro que ese escenario "positivista", estaba completamente alejado de la realidad (o no tanto, en cierto punto)... Pero eso, no había forma de que ella lo supiese...

-Ssssi... si, todo bien. Me vine para el hotel... se extendió la charla y estoy un poco cansada... - Se excusó de inmediato Florencia.

-Bueno... esta bien... - Tragó saliva... intentando asimilar el tono que utilizaba su novia. -Es que... como dijiste que venias, me asusté...

-Si... ya se... - Dijo, finalmente, luego de unos segundos de silencio... y suavizando un poco la voz. -Pero necesito estar un poco sola... después hablamos, te parece? - Retomó su postura.

-Dale... - Suspiró rendida. -Después hablamos. Te mando un beso grande amor... te quiero.

-Un beso.

Y así... simplemente así... finalizó la llamada...

Llevándose con ella un poco de la preocupación de la colorada... pero dejando en su lugar una sensación bastante extraña.

Es decir, ahora sabia que estaba bien... al menos, físicamente hablando... Pero lo que no pasó de largo fue esa actitud diferente de Florencia... esas palabras distantes... esa falta de calidez en su voz...

Intentó no darle demasiada importancia... intentó buscar mil excusas... intentó atribuírselo al cansancio; tal y como había dicho ella... O a un posible dolor de cabeza, por qué no...

Intentó...

Pero se sintió un poco ilusa una vez mas...

En el fondo sabia que solo se estaba engañando a si misma con ese pensamiento.

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Florencia, por otra parte intentaba no pensar... intentaba que las palabras de su madre dejen de dar vuelta por su cabeza...