Resumen:
Lo que quiere el protagonista de una novela de sementales, lo conseguirá. ¡Nunca esperó Shen Qingqiu que el halo dorado del protagonista se extendiera al salto de dimensiones!
Y cuando el Luo Binghe original invade su dimensión una vez más...
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Luo Binghe perdió la voz al verlo. Casi pierde la cabeza, su cerebro se queda en blanco ante lo que estaba mirando. El anciano no intentó sacarlo por la fuerza de su estupor, sino que eligió hablar de lo que sabía: "Eso es lo que queda del espíritu primordial de Shen Qingqiu. Su alma ha sido destrozada. Por eso no despertará". Escuchar que el alma de Shen Qingqiu había sido destrozada hizo que Luo Binghe se congelara. Sólo había oído hablar de lo terrible que sería si ocurriera, pero nunca de lo que ello implicaba ni de cómo fue causado. Tratando desesperadamente de mantenerse calmado, preguntó: "¿Sabe el anciano cómo o por qué? El Demonio del Sueño conjuró una silla y se sentó, mirando fijamente a los restos de un alma rota.
"Tengo la sensación de que este Shizun tuyo tiene sus recuerdos completamente desordenados. No sé cómo sucedió si tu dices ser inocente, pero algo sembró angustia extrema y sufrimiento en sus recuerdos. De lo contrario, su alma no se sentiría tan torturada que se haría añicos al morir. Las almas no tienen concepto de dolor; no son conscientes. Pero se dice que un alma destrozada deambula indefinidamente sin esperanza, atrapada para siempre en un ciclo de sufrimiento, ya que no puede renacer. Sólo puede permanecer perdida hasta que se disperse completamente".
Que un alma se dispersara significaba la aniquilación completa. Luo Binghe finalmente entendió lo que quería decir el Demonio del Sueño cuando dijo que Luo Binghe eligió destruir completamente a Shen Qingqiu; de esta manera, ni siquiera su alma se salvaría. Y Luo Binghe no necesitaba adivinar qué había traumatizado tanto el alma de su Shizun hasta el punto de romperse. Fue un accidente involuntario, Luo Binghe no sabía que era capaz de remover los recuerdos pasados de Shen Qingqiu cuando lo apuñaló con Xin Mo. La posibilidad más probable era que los recuerdos que selló dentro de la espada resonaran con el alma de Shen Qingqiu y despertaron los recuerdos de su Shizun cuando estaba al borde de la muerte. "Esto explica por qué nunca contestó a una matriz de llamado del alma," el comentario calmado del anciano, Luo Binghe no quería escucharlo. El alma de Shen Qingqiu nunca estuvo atrapada o escondida, había estado demasiado fragmentada para responder.
Durante mucho tiempo miró fijamente esa cara demacrada y desgastada, tan diferente a la que se había acostumbrado a ver. Un párpado hundido, labios resecos y agrietados, suciedad manchaba aquí y allá, el ojo restante de Shen Qingqiu estaba ligeramente abierto. No había luz en la expresión en blanco, como si se tratara de una cuenta de color opaco, ni siquiera digna de ser comparada con los ojos de una muñeca. Luo Binghe nunca pensó que volvería a ver a Shen Qingqiu en este estado. Pero fue peor, mucho peor. Antes, al menos Shen Qingqiu era consciente de su propio dolor, capaz incluso de escupir palabras desafiantes de vez en cuando. Esta metralla de un alma no podía ni siquiera formar una expresión realista.
