Rabioso

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Resumen:

Dicen que no hay descanso para los malvados.

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Cuando Shen Qingqiu se despertó, aún estaba oscuro y no había señales de que hubiera gota de luz en la vela junto a la mesa. La primera sensación que le asaltó fue el cálido e incómodo órgano pegajoso que aún se encontraba dentro de su punto vulnerable. El cultivador maldijo en voz baja; el mocoso se atrevió a dormir mientras su polla aún estaba adentro. Lentamente arrastrando su cuerpo hasta el borde de la cama, reprimió los escalofríos de su cuerpo sintiendo que el miembro se deslizaba con facilidad junto con fluidos que preferiría no nombrar en ese momento. Pescando una delgada túnica tirada al suelo, Shen Qingqiu la arrojó alrededor de su desgastado cuerpo para obtener la mínima cobertura. Sabía que había provocado al joven, pero francamente no esperaba que Luo Binghe estuviera tan loco como para forzarlo a acomodarse al orgasmo del demonio cuatro veces.

Shen Qingqiu estaba dispuesto a renunciar después de que Luo Binghe disparara su carga en su amante por segunda vez. No iba a consentir al chico, sin mencionar que estaba cansado. Si no lo terminaba ahora, era probable que Luo Binghe adquiriera malos hábitos al ser mimado. Para su disgusto, el demonio era como un perro en celo, aún tratando de engatusar a su Shizun para que abriese su cuerpo por tercera vez. "¿Entiendes lo que significa no?" El hombre mayor enloqueció, intentando apartar sus manos de su cuerpo. Si Shen Qingqiu pensó que su castigo le había enseñado a Luo Binghe a obedecer, estaba empezando a ser obvio que la obediencia de Luo Binghe sólo duraba hasta cierto punto.

"Pero Shizun sigue siendo tan enérgico que no puede dejar en paz a este discípulo". El joven era implacable, sus manos excitando expertamente el cuerpo de Shen Qingqiu para que reaccionase con facilidad. Era desconcertante lo bueno que era Luo Binghe a la hora de encontrar lugares que no conocía que fueran sensibles al tacto. El par de manos traviesas que estaban jugando con su cuerpo era más ruidoso que su primera exploración, habiendo ya mapeado la carne inmaculada. Luo Binghe sabía donde tocar y lo mucho que podía hacer sin herir a su Shizun a estas alturas, era inevitable que el contacto, inicialmente suave, se volviese cada vez más duro. Shen Qingqiu rechinó los dientes, enfadado consigo mismo, rehén de sus respuestas rebeldes. Tuvo que detenerse antes de que su vulnerable cuerpo le traicionara a Luo Binghe.

El inmortal se revolvió vehementemente  debajo de este último; ¿y qué si todavía tenía energía? ¡Eso no significaba que tuviera que gastarla toda en Luo Binghe! Pero la expresión del joven se convirtió en una siniestra sonrisa al verlo intentar escapar, levantando el cuerpo de Shen Qingqiu de modo que terminó de rodillas en lugar de acostado boca arriba. El señor de pico ni siquiera tuvo tiempo de darse la vuelta cuando Luo Binghe se quitó la familiar cinta de pelo roja y ató sus manos al poste de la cama. "¡Luo Binghe, tú!" 'Desátame', o eso pretendía decir Shen Qingqiu cuando sintió como se deslizaba  una vara rígida dentro de él. Después de haber sido meticulosamente estirado y abusado dos veces, su cuerpo ya estaba acostumbrado a la polla estúpidamente grande de Luo Binghe y no ofrecía resistencia a la invasión.

Al hombre se le escapó un grito ahogado, su amante lo golpeó bruscamente por detrás. Ya estaba jodido; Luo Binghe no veía la necesidad de ser cortés y de ir despacio. Sus muslos temblaban por la fuerza y por la energía que ejercía para mantenerse firme sobre sus rodillas, no sea que sus piernas cedieran y lo dejaran hundirse en la carne caliente que lo pinchaba sin piedad. Shen Qingqiu hizo retroceder sus lágrimas fisiológicas, tirando de sus muñecas atadas mientras sus manos se agarraban al poste de la cama para mantener el equilibrio. El demonio solo se concentró en el pistón de sus caderas, desacelerando de vez en cuando solo para morder la espalda de Shen Qingqiu. Las marcas de amor que dejó hace unos días ya se habían desvanecido, ahora era el mejor momento para volver a pintar la espalda del inmortal con nuevas marcas. Ahora que se le dio rienda suelta al saqueo, el demonio estaba de muy buen humor, incluso atreviéndose a burlarse de su Shizun.

Cómo Entrenar a tu Shen QingqiuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora