Cómo Entrenar a tu Shen Qingqiu

Extra: En el pico de la montaña, se derrite la nieve

Resumen:

 Yue Qingyuan

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Yue Qingyuan no había sido él mismo desde el incidente de la ciudad de Jinlan. Su premonición se hacía cada día más fuerte. La reaparición de Luo Binghe pareció anunciar la llegada de algo malvado, y no era alguien que tuviera un sexto sentido para tales asuntos. Que incluso él sintiera tanto miedo significaba algo terrible. La ayuda a la ciudad de Jinlan estaba siendo continuada por los discípulos del Pico Qian Cao , pero Mu Qingfang fue retirado a la seguridad de la secta después de haber dado las instrucciones para la cura. Después del arresto de Shen Qingqiu y de que fuera llevado al palacio Huan Hua, la secta Cang Qiong se negó a dejar a Mu Qingfang al descubierto, no cuando los demonios parecían implicarlo a él también.

Él mismo tenía las manos ocupadas para conseguir que el personal que participara en la conferencia de ese año presentara un informe de su conocimiento del incidente. Yue Qingyuan creía sin duda alguna en la inocencia de Shen Qingqiu, pero la forma en que su shidi seguía complacientemente al Palacio Huan Hua era bastante diferente a su estilo habitual, y desconcertaba al líder de la secta. Habiendo conocido a su hermano pequeño durante tanto tiempo, tuvo la corazonada de que estaba relacionado de alguna manera con Luo Binghe.

Alguien llamó a la puerta de su estudio, un discípulo anunciando que el Señor del Pico Bai Zhan había venido a visitarlo. Yue Qingyuan se puso en pie mientras informaba al discípulo que dejara entrar a su shishu. Ni siquiera han pasado momentos antes de que Liu Qingge entrara en su estudio, apareciendo siempre firme e inquebrantable en su postura. La figura inalterable del cultivador trajo un poco de paz a Yue Qingyuan, quien logró arrancarle la expresión de sus preocupaciones. "Qingge, ya has presentado tu informe para la ciudad de Jinlan. ¿Qué te trae por aquí?"

Liu Qingge parecía algo nervioso, pero finalmente se las arregló para decir: "No debería estar molestando durante este período. Mu-shidi dijo que tu tez no estaba bien. Traje algunas medicinas de él, y Zui Xian Peak me envió algunos platos para revitalizar la vitalidad. No tengo nada que ofrecer, pero si Zhangmen-shixiong necesita ayuda, pídemelo". Ante su oferta, Yue Qingyuan finalmente consiguió esbozar una pequeña sonrisa. Fueron realmente bendecidos al poder entrar en la secta Cang Qiong, con otros miembros de la secta cuidándose los unos a los otros de esta manera. Nadie podía asumir con él las responsabilidades de líder de la secta, pero cada Señor de Pico hacía todo lo que podía para ayudar a aliviar su carga. Liu Qingge, a pesar de sus afirmaciones de ser inútil en esta situación, hizo más que suficiente con su presencia constante dando a Yue Qingyuan una sensación de calma.

Era extraño, un líder de una secta encontrando fiabilidad en presencia de un Señor de Pico en vez de al revés, pero Yue Qingyuan no se había sentido tan animado por la presencia de otro. Tener amigos que estaban dispuestos a apoyarte era un sentimiento diferente. La oferta de ayuda de Liu Qingge fue valorada, e incluso con las luchas que tenía con los asuntos con los que no era competente, Yue Qingyuan siempre encontró que era una presencia tranquilizadora para tener a pesar de todo.

"¿Tiene otros asuntos que atender después?"

"No, mi pico no necesita supervisión estricta."

Yue Qingyuan soltó una pequeña carcajada al escuchar la respuesta; fue esta falta de supervisión la que causó las numerosas quejas de los discípulos de Bai Zhan aterrorizando a las otras cumbres. Cada reprimenda ayudaría a mejorar la situación por un tiempo, pero siempre volvería a la misma condición tarde o temprano. Algún día tendría que ayudar a su shidi a organizar su cima, pero por ahora, había otros asuntos urgentes que atender.

"Qingge, ven a comer conmigo. Ayudaste a entregar los platos de Zui Xian . Si no te molesta, me gustaría que me ayudaras a examinar los informes para el juicio", pidió humildemente el líder de la secta, a lo que Liu Qingge accedió inmediatamente. No le gustaban los deberes serviles como el papeleo, pero nunca diría que no a la petición de ayuda de Yue Qingyuan, sin importar en qué forma se requería. La comida pasó en silencio, en parte por la falta de palabras de Liu Qingge y en parte por sus propios pensamientos errantes. La Prisión de Agua era infame por su capacidad de reducir a prisioneros temerosos incluso a las personas más fuertes. No quería que Shen Qingqiu sufriera más de lo necesario. Se suponía que Yue Qingyuan era su guardián; su mayor que cuidaba del bienestar de Shen Qingqiu. Sus propios errores le habían costado mucho a él y a su querido hermano, Yue Qingyuan no podía permitir que Shen Qingqiu sufriese la más mínima injusticia, no cuando ha hecho tanto para salvaguardar su secta.