Capítulo 5

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Riki soñó. No había tenido un sueño tan real en un largo tiempo. Quizás encontrarse con Katze después de cuatro años había desencadenado un presentimiento que eclipsaba sus pensamientos, o tal vez, reconsiderar la verdad que no podía contemplar de forma consciente volvía a liberar los recuerdos que había guardado bajo llave en una bóveda imaginaria en su cabeza. De cualquier forma, soñó cosas que no quería recordar.

La Torre Palacio, decorada con el nombre de la antigua diosa Eos. Habitación privada de Iason. Los lujuriosos cuartos que no reparaban en costos, eran dignos de la persona más poderosa en Tanagura. Aunque Riki no apreciara la calidad del amoblado, entendía que eran bienes de clase alta que no presumían en vano su existencia. Era una clase de esplendor casual, aunque un poco más ostentoso de lo que el gusto popular permitía. Riki no sabía cómo lucían las habitaciones de las otras élites, pero la de Iason no le desagradaba.

No era que se sintiera en casa allí. Era alimentado y retenido en un lugar donde su voluntad era ignorada por completo. Era un águila con las alas rotas. Incapaz de hacer nada por su propia cuenta, las soporíferas condiciones destrozaban sus nervios. Estar encerrado en la habitación de Iason le frustraba e irritaba hasta el punto de querer explotar.

—¿Por qué demonios no se abre esta puerta? —gruñó por lo bajo con exasperación. Aporreó la puerta con ambas manos, pero nunca pasó nada. En los últimos meses había aprendido la misma lección. Sabía que debía controlarse, manejar las cosas con calma y evaluar la situación apropiadamente, pero en lugar de eso continuaba como un niño terco incapaz de afrontar lo que ocurría. Sabía que lo que estaba haciendo era inútil, y aun así no podía parar.

—¡No lo entiendo, Daryl! —espetó. Como no tenía nadie más con quien descargar sus humeantes emociones, Riki miró a la única persona además de él mismo en la habitación—. ¿No dijiste que después de mi fiesta de presentación podría a ir al centro recreativo, al salón o a donde me diera la gana? ¿Por qué la puerta no se abre?

—Creo que es porque todavía no tienes un pet-ring.

La forma de ser de Daryl, su tono de voz tranquilo, sosegado y lógico, no cambiaba aunque estuviera felando a Riki o este lo estuviera gritando. Daryl respondía puntualmente solo a las preguntas que Riki le hacía, quizás porque tenía prohibido hablar sobre algo más.

—¿Un pet-ring?

—Sí. Un anillo con tu número de registro grabado en él. No puedes salir de esta habitación si no portas uno.

Era la primera vez que Riki oía sobre cosa semejante. Habían pasado cuatro meses desde que había sido sorprendido en las bodegas en Sasan "Área 8 en Midas" y llevado a Eos. Cuatro meses desde que Iason le había dicho, —De hoy en adelante, eres mi mascota. Te enviaremos a una fiesta una vez tenga yo la certeza de que no me avergonzarás. Pretendo desentrañar cualquier cualidad compensatoria que tengas enterrada bajo tu impertinencia.

Aunque Iason se había proclamado como el innegable dueño de Riki, Riki seguía sin tener idea de lo que significaba ser una mascota criada en Eos. Su "entrenamiento" había dejado muy en claro todos los sentidos de la palabra, por más vulgares y humillantes que fueran.

—¿Todas las mascotas los usan?

—Una gargantilla, un pendiente o un brazalete. Existen varios tipos y estilos de anillos, pero toda mascota registrada siempre lleva uno. Son la única forma permitida de identificación personal para las mascotas.

—¿De modo que si tienes un pet-ring, puedes ir a donde quieras?

—Si tu amo lo permite.

Iason había llevado a Riki a una fiesta de presentación para mascotas nuevas. Lo había conducido hasta ella con una correa amarrada al collar alrededor de su cuello. Cuando Riki se enteró de que ese era el "uniforme" en que las mascotas hacían su debut, quiso morirse de la vergüenza. No se molestaba en ocultar su descontento en la fiesta, apartándose de las otras mascotas sonrientes que estaban allí. Pero como no tenía un pet-ring, Riki no podía ser considerado una mascota "oficial".

Ai No Kusabi - Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora