Septiembre 28

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“Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva” 
Lucas 8:49-50

El ciudadano interrumpió la Palabra del Señor Jesús para llevarle una palabra del infierno a Jairo, jefe de la sinagoga, que esperaba que el Señor curara a su hija. La palabra era de muerte. Era de desánimo. Era definitiva. Se terminó. No hay más solución. No sirve de nada. No funcionará. Desista. Olvídelo. Ya fue.

El Señor Jesús ignoró la palabra de derrota. No le respondió al portador de las malas noticias. No creyó para nada en la palabra de quien no tenía la visión de la fe sobrenatural. Su respuesta fue para Jairo. No temas; cree solamente. En otras palabras, no le preste atención a la palabra de duda. Deje el corazón de lado. Ignore lo que usted ve u oye. CREA, SOLAMENTE. Y va a suceder lo que usted jamás imaginó que fuera posible.

Jairo obedeció. Él creyó. Independientemente de la situación, creyó. Dejó el corazón de lado y se aferró a la Palabra de Jesús. La voz de la fe sobrenatural. A causa de esa actitud, su hija resucitó.





Desafío:

Aunque usted oiga la peor palabra, contraria a lo que Dios ya le prometió; aunque sea de alguien cercano (el espíritu de cerdo mandó a Jairo a desistir era de su propia casa), recuerde que la Palabra de Jesús continúa siendo la misma para todo aquel que afirma su fe en Sus promesas. “No temas, cree solamente.”

Deje de lado el corazón y crea exclusivamente en lo que Dios prometió.

En la fe. 💫

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