Noviembre 7

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“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”
(Lucas 16:10).

El propio principio espiritual de la fidelidad se apoya en algo que la mayoría de las personas desprecia: la lealtad en las pequeñas cuestiones.

El Señor Jesús dijo que la dedicación genuina es vista, primeramente, en la manera como lidiamos con los pequeños detalles de la vida.

Al ser infiel en lo poco, el ser humano muestra no tener su conciencia sensible a la voz de Dios en ninguna otra circunstancia.

Es fácil entender ese concepto, pues todo lo que vemos grande hoy, un día empezó siendo pequeño. Como, por ejemplo, aquellos que cometen errores graves, un día empezaron con deslices insignificantes.

Quien robó altos valores monetarios, con certeza empezó con pequeños robos, como llevarse a casa una pluma de su lugar de trabajo.

Quien hoy engaña y perjudica a otros, sin cualquier peso en la conciencia, empezó su carrera de estafador contando mentiras pequeñas.

Entonces, esa deshonestidad, que está tan arraigada a nuestra sociedad, tiene su inicio individual cuando la persona ignora el pilar del carácter y la honradez que está en considerar la fidelidad en todo. Digo esto, principalmente, en lo que nadie se da cuenta pues, los hombres quizá no ven la rectitud en las menores actitudes, sin embargo, Dios no solamente ve, sino que también recompensa.

“Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”(Mateo 25:21).

Esa visión de la fidelidad en lo poco sirve de advertencia para aquellas personas que dicen que serán diezmistas y ofrendantes de la Casa de Dios cuando se volvieron prósperas, pero el principio divino funciona justamente en lo contrario de eso. Esto es porque, si no hay fidelidad en lo “poco”, jamás habrá fidelidad en lo “mucho”.





Desafío:

Ser fiel en la menor tarea, en las funciones más insignificantes o en las cuestiones más pequeñas de la vida, es el camino que nos coloca en la cima del corazón de Dios. Esto es porque Él no nos juzga solo por las actitudes, sino en las intenciones escondidas por detrás de ellas. Por lo tanto, ser “fiel en lo muy poco”, revela quién de hecho es fiel en todo.

Ser fiel es decisión de cada uno de nosotros, la elección final usted la tiene. Es a partir de la fidelidad que comienzan las grandes bendiciones.

En la fe.

365 días con DIOS © [Continuación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora