III

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"¿En realidad vale la pena?" Se escuchaba una voz gruesa proveniente de algún lugar, el castaño no sabía dónde estaba abrió los ojos aturdido, se encontraba en un cuarto completamente oscuro, su ropa estaba pegajosa y antes que era blanca ahora se encontraba toda negra por el  líquido. "Fingir una felicidad la cual anhelas tener, pero que simplemente no puedes obtener"

Estaba asustado esa voz se le hacía muy conocida, analizó un poco más aquella voz pero no pudo reconocer de quién era. No quería estar más allí tenía mucho miedo de que algo malo le pudiera suceder, de pronto escucho a lo lejos unos pasos que se acercaban poco a poco.

Las pisadas se estaban acercando, un sudor frío recorrió la frente del aterrado chico, con horror vio a lo lejos una figura más grande que el.

El más pequeño con pavor sollozaba y miles de lágrimas salían de sus ojos esmeralda, alzó la mirada y vio a un hombre muy conocido por él, era...

El moreno se despertó en una sala blanca, su cuerpo y rostro se encontraban empapados de un sudor frío, tocó sus mejillas y se dio cuenta de que había siendo bañadas en lágrimas de terror.

Una enfermera entro a el cuarto donde se encontraba ese joven, su intención era cambiar su suero pero al percatarse de que su paciente había despertado llamó al médico el cual llegó inmediatamente.

"Señor Colombia, es un gusto conocerlo mi nombre es Sebastián Prada, dígame ¿Cómo se siente?" Un doctor de aspecto elegante y joven se acercaba a su paciente, tenía el cabello rubio oscuro ondulado, sus ojos de un bello color miel, con su típica bata blanca de doctor abotonada que le llegaba un poco más arriba de su rodilla y una bella piel crema.

"Pues doc me siento mejor que hace rato" El rico en esmeraldas le dijo a el joven doctor que lo miraba con dulzura "por cierto ¿hace cuanto tiempo he estado aquí" El colombiano se disponía a sentarse en esa suave y blanca mano, pero un dolor agudo en su mano vendada lo detuvo.

"Pues... Aquí lleva alrededor de 48 horas, o sea dos días, a recibido múltiples mensaje del Señor México pero tranquilo, la señorita Rosa se encargó de comunicarle que no podrá asistir a su fiesta por 'trabajo'. Y Señor yo le recomendaría descansar para poder sanar más rápido"

El colombiano se encontraba desconcertado por todo lo dicho anteriormente por el joven. Lo único que pudo hacer en ese instante fue agradecerle a el médico y pedirle que se retirara de la sala para que lo dejara pensar sobre todo lo ocurrido.

En una mesita que estaba al lado izquierdo de su cama, el rico en café se percató de que había una carpeta de paciente, la cual tenía nombre y foto suya, estiró su mano para tomarla pero a mitad de camino se arrepintió y decidió dormir un poco más antes de que alguien llegara.

𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐀𝐒 ❝🇨🇴❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora