«No sé como empezó todo, solo sé que esto es un asco.»
El sonido de la música retumbando en sus oídos y el bochinche de la gente a su alrededor era un fastidio a ojos del castaño, pero era lo mejor que se le ocurría para evitar ir a esas tediosas citas con la organización; ya eran varias las veces que no iba a una de esas consultas, no encendía ni tocaba su teléfono pues no quería ver los miles de mensajes que habría de recibir, además de que en una noche sin que nadie lo notara se fue de su casa para que no supieran en dónde encontrarlo, ahora dormía en un pequeño departamento en la frontera norte de Bogotá, en un hotel pobre y uno de los menos obvios.
Las voces y alucinaciones se presentaban cada vez más fuertes, aproximadamente cada 5 horas, algunas veces se demoraba o aparecían repentinamente jamás sabía que esperar con exactitud; lo agobiaba la idea de que jamás volvería distinguir la realidad de su imaginación, pero prefería eso a tener que ver al hombre alado al que casi mata con un vaso de nuevo, solo sé limitaba a tomar las pastillas que le recetó, para calmar a la gente que vivía en su cabeza.
«Me preguntó cuánto costaba ese vaso. ¡Carajo! ¿Desde cuándo me rebaje a tanto? Y solo para tener que evitar a un tipejo trajeado. Ahora veo a estúpidos bailar y tomar como si nada, que patético; aunque desearía ser igual a ellos, pero probablemente también tengan sus mierdas, hasta uno de ellos podría ser un mafioso buscado por tráfico de órganos y otro podría ser un asesino.»
De pronto en medio de toda esa muchedumbre un pequeño grupo de hombres llegaron a la mesa en donde se encontraba el castaño, en sus manos poseían un todas las bebidas alcohólicas que encontraron, "estas noche nos vamos a embriagar como nunca", le decían los pobres idiotas, algunos bailaban ridículamente para intentar alegrar al castaño cosa que fue en vano, lo único que habían logrado era interrumpir su momento de tranquilidad; pero que nadie noto a excepción de uno que simplemente quiso ignorarlo.
"Coco, trajimos toda la cerveza que creemos que te podría ayudar." Habló con emoción un azabache moreno enérgicamente; como si tan solo una cerveza pudiera ayudarlo realmente. "Bueno, ahora sí. Cuéntanos" Dijo sentándose.
El contrario le miró con confusión.
"No te hagas. Cuéntanos cómo fue eso de la tipa que te friendzono."
Un silencioso "ah" salió de la boca del que se encontraba allí sentado.
Tuvo que mentir, decir una gran mentira para poder salir con aquellos que le habían invitado a salir tantas veces, a esos mismos que había rechazado un sin número. Quería tener una excusa para sí mismo porque jamás habría creído lo que estaba haciendo, nunca creyó que ese alegre y dulce muchacho se convertiría en un vil mentiroso. Es irónico, hace apenas unos años habría dicho que destetaba a los mentirosos, eran escoria que no merecían existir.
"Bueno...ella era una de mis secretarias..." Tenía que hacer pausas para pensar con exactitud lo que diría, pues no lo había pensado mucho pero, para sus colegas no eran más que pausas funestas de un rechazado por el amor, un abatido ser al cual debían tenerle lastima.
"Ella me gustaba desde hace un tiempo era una buena persona, amable y servicial; se la pasaba pensando en mi bienestar y siendo tan cordial conmigo." Unas miradas tristes rodeaban al emisor de dicho cuento, miradas de misericordia a excepción por la de un argentino que solo prestaba atención a un grupo de mujeres que bailaban y tomaban, una vista sin duda gloriosa para cualquiera. "Claro que pensé que solo hacía su trabajo, pero... Por un momento pensé que eran sentimientos sinceros hacia mí."
![](https://img.wattpad.com/cover/199146642-288-k811822.jpg)
ESTÁS LEYENDO
𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐀𝐒 ❝🇨🇴❞
Fiksi PenggemarSiempre demostró que era una país feliz, siempre mostraba una sonrisa a todos, nadie lo veía triste. Pero lo que nadie sabía es que tras esa sonrisa se encontraba alguien destrozado.