Epilogo. -Dulce pecado-

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Nadie dijo que sería facil... 

-Niall… pss… Niall… -Me llamó Harry como por tercera vez.

Estábamos en clase de filosofía y, desde que habíamos entrado, Harry no dejaba de llamarme. Así que sin poderlo seguir ignorándolo decidí voltear sin que el catedrático se diera cuenta.

-¿Qué?, ¿Qué pasa, Harry?. –Pregunté arto y él solo sonrió.

-Es mi cumpleaños. –Giré los ojos. Creo que ya me lo había dicho una vez, o dos, o toda la mañana para ser exactos.

Era el cumpleaños número veintiuno de mi amigo y él no podía estar más feliz, ya era mayor de edad. Habíamos planeado una enorme fiesta que sería en casa de Zayn por la noche, y  Harry había dejado en claro que quería mucho alcohol en la fiesta… ahora era legal que él lo bebiera.

Han pasado ya cuatro años desde el último juicio. Cuatro largos años que, sorprendentemente, no fueron tan difíciles de soportar. Me había graduado del colegio y ahora estaba estudiando Literatura en la universidad, Harry estudiaba psicología pero aun así compartíamos algunas clases. A veces, casi siempre los fines de semana, salía con Josh a jugar futbol a la pequeña cancha que quedaba cerca de la casa, él estaba más que feliz, ahora vivía conmigo…con nosotros.

-¿A qué horas la fiesta, Horan?. –Me preguntó Harry mientras guardaba algunos libros. –Mierda. –Murmuró cuando se le cayeron algunos, yo reí.

-A ver, te ayudo. –Le dije tomando unos. –No sabía que en psicología tendrías que leer tanto.

-Créeme, yo tampoco sabía. –suspiró. –Pero es lo que quería y esta genial.

Salíamos al pasillo de la universidad y nos dirigimos al estacionamiento. No puedo decir que ya había olvidado todo lo ocurrido hace cuatro años, porque aún escuchaba murmullos al pasar al lado de las personas, “¿a caso no es ese Niall Horan?” “¿Quién?” “El chico al que violaron cuando tenía quince” “oh, ya lo recuerdo, si creo que es él”. Y eso siempre pasaría, o al menos por un tiempo más.

Pero, yo estaba bien con eso, digo, no puedo decir que los comentarios se me resbalaban como si nada, pero no eran tan hirientes como fueron hace un tiempo. Así que yo ahora solo camino por los pasillos y no me importa demasiado los rumores que escuche, o que me crean un enfermo a mí, o a Liam… lo importante es que yo ahora tengo la madures suficiente como para confiar en mí mismo y en mis amigos, que siempre estuvieron conmigo.

-Creí que era mi cumpleaños, Horan, pero al parecer a ti también te esperan con sorpresas. –Me dijo Harry y yo levanté la mirada.

Frente a nosotros estaba estacionada esa camioneta que yo tanto conocía, y en ella, estaba recargado nada más y nada menos que Liam Payne, sosteniendo un ramo de rosas azules en su mano derecha y en la otra tenía su celular. Sonreí al verle y me acerqué a él carraspeando para que notara que estaba allí.

-Oh, ángel. –Me saludó y guardo su celular. –Son para ti. –Me dijo tendiéndome el ramo de rosas y yo no pude evitar sonrojarme ante eso.

Y es que hay cosas que nunca iban a cambiar.

-Gracias, Li. –Le dije tomando el ramo y dándole un beso en los labios. Él sonrió.

-eh, ¿y a mí no me saludas?. –Me dijo Louis y yo me acerqué a besarle la mejilla.

-Hola, boo. –sonrió.

Cuando terminé de estudiar mi carrera en la universidad, Liam y yo decidimos mudarnos a Wolverhampton, él había conseguido un buen puesto en la empresa central de allí y yo estaba comenzando un nuevo libro, claro que por el momento trabajaría en algún periódico local para ganar un poco de dinero, y me parecía perfecto.

DULCE PECADO │EDITANDO│❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora