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Los lentes se resbalaron de su rostro al primer puñetazo dado, menos duro que la silla reciente nombrada. “Voy a matar a todo el gilipollas que siga con la estúpida broma de la silla, lo juro” 
Y ahí fue cuando su compañero de clase, Sollux, creyó que sería una buena idea responderle.

Ahí estaban, la primera pelea de Dave Strider a puñetazos.

«Pepsicola» MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora