JIHOON
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Los nuevos eclairs se vendían como pan caliente, tuve que agradecerle a mi nuevo amigo, Jeonghan, por darme la idea. Me sorprendí al descubrir que él era el gerente de la pequeña tienda de dulces en la calle que era mi competencia directa.
Su sonrisa secreta y ese brillo casi malicioso en sus ojos me habían hecho preguntarme por qué fue tan gratamente sorprendido al descubrir que yo era el dueño y el operador de su competidor.
Pude tomar un breve descanso para compartir una taza de café espresso con mi nuevo amigo y contarle mis planes. No tuvo ningún problema con tener una pequeña competencia saludable, aunque me había sentido mal cuando miré al otro lado de la calle durante nuestra visita y vi que su propia tienda estaba vacía y la mía estaba llena hasta su capacidad máxima.
—No te preocupes, Jihoon. Es porque es el nuevo y brillante lugar en el que estar. Lo entiendo y también lo hace Seungkwan. Este lugar es realmente agradable, sin mencionar el hecho de que huele a cielo lleno de gluten aquí. —Lo dijo con una sonrisa amistosa cuando me pasó una bolsa de regalo llena de caramelos de su tienda.
Yo normalmente no como dulces, sobre todo desde que me mudé este mes. Había ganado al menos 10 libras recientemente y todo en mi estómago. Y la constante de acidez estomacal y náuseas del stres de la apertura de un nuevo negocio, pasando a una nueva área y conseguir una nueva escuela para mí hijo no ayudó mucho. Comer azúcar era casi lo último en lo que pensaba, aunque mis ingresos se basaban en alimentar a otros.
Para ser educado, había sacado una de las bolas, intrigado por su caparazón de chocolate negro duro con una pizca de sal marina del Himalaya. ¿Cuándo lo mordí? Los jodidos ángeles cantaron. El interior era un pastel con infusión de caramelo con una pizca de ese sabor a sal marina. Fue un juego único en la popular tendencia del caramelo salado.
—Si honestamente no te importa un poco de competencia amistosa, ¿te importaría si yo trato esta receta en un eclair? Mi mente ya está probando esto en forma eclair —dije a Jeonghan.
Jeonghan se rió e inmediatamente dio su permiso.
—¿Honestamente? No puedo esperar para verlo. Aunque, mi fabricante de dulces puede estar un poco muy molesto porque tiende a ser un poco territorial sobre sus creaciones.
—Bueno, no es como que yo voy a estar robando su receta. Será más como, usarlo para inspirar mi propia creatividad. El chocolate negro y la sal marina rosa son un buen giro, ¿sabes? —dije con entusiasmo, mi mente ya a la deriva a través de diferentes ideas.
—No me importa si lo haces, te lo prometo. En cualquier caso, yo estoy solo a comeré palomitas de maíz y veré el espectáculo. — Jeonghan me guiñó. Me confundí por ese comentario en el momento, pero no pensé en ello demasiado.
Mi cerebro había estado demasiado ocupado preguntándose cuál de mis productos llevaría la sal rosa del Himalaya, ya que con el día de San Valentín acercándose, usar rosa era una necesidad.
Unos días después, con mi receta perfeccionada, decidí hacrle caso Jeonghan y amplificar la competencia. Me preguntaba si estaba sobre pasando los límites por nombrar a su Ballz en mis volantes, pero yo decidí ir por ello.
Si fue visto como una insinuación o un juego de palabras deportivas, de cualquier forma que lo tomaras, comparar a Stix y Ballz fue gracioso como el infierno. Por no mencionar el hecho de que yo hice estas bombas de crema particularmente largas y delgadas para abrazar más de cerca todo el asunto Stix.
