Una copa y algo más... (ONE SHOT)

Una copa y Algo + ...

OTABEK 

Cuando Otabek Altin despertó con una terrible resaca recordó el motivo de la misma, él nunca fue muy apegado a la bebida pero luego de que su ex novio lo engañara con un otro chico de su universidad, la bebida se convirtió en su único remedio para conciliar el sueño. 

Una de las tantas noches en su intento de olvidar y refugiarse de la lluvia que se avecinaba decidió ir a tomar una copa de Vodka en el bar que había encontrado hace ya unas semanas, la música sofisticada y variada fue lo que atrajo, está lo distraía un poco y no noto el momento en el que el bar-tender que lo atendía normalmente desapareció y en su lugar se encontraba un muchacho de reluciente y hermoso cabello rubio recogido en media cola, a primera instancia el chico llamo su atención y con la intención de admirarlo mejor, ordeno algo más fuerte, y lo vio; aquellos ojos eran como esmeraldas que tenían un brillo especial, un brillo que él había tenido alguna vez y eso era juventud pero había algo más que no podía describir pero que quería descubrir. 

Otabek no perdió de vista esos hermosos ojos, hasta que el muchacho llamado Yuri según decía su Pin tuvo que atender a una pareja que recientemente había llegado quizás huyendo de la lluvia que al parecer no tenia intención de calmar.  Otabek quería saber más, hacer algo de conversación casual era su primera opción, pero los clientes no dejaban de entrar al BLUE SKY haciendo que se limitará a observarlo; fue así que comenzó a frecuentar el bar con mayor regularidad, para descubrir quien era Yuri y el porque no podía apartar la vista de él. 

YURI

Yuri Plisetsky nunca admitiría que apreciaba el cariño que Víctor Nikiforof (el anciano como solía llamarlo) y Yuri Katsuki (el cerdo) le brindaron desde que lo conocieron, pero luego de que la pareja decidiera casarse y mudarse a Japón, él a sus casi 22 años se quedó con mucho tiempo libre después de sus prácticas de patinaje haciendo que se volviera en demasía apegado a su abuelo Nikolai que lo había criado desde muy niño siendo considerado para Yuri más que un abuelo, Nikolai era un padre; pero cuando esté enfermo y fue sometido a una operación de urgencia el muchacho tuvo que tomar la responsabilidad del negocio de su abuelo, un bar ubicado en el centro de Moscú y que al ser popular y el principal sustento de la familia se vio en la necesidad de atender. 

El ser joven no le impidió conocer bien el rubro de los cócteles y los trucos para destacarse en el ámbito, ya que su abuelo se encargó de hacerlo un tema habitual durante todo su adolescencia además de impulsar su pasión por el patinaje. Pero a pesar del cariño que Nikolai le tenia a su nieto sabía de su fuerte carácter y poca paciencia, por ello le dio indicaciones sobre los clientes habituales y entre algunos de ellos su abuelo mencionó a un muchacho que recientemente había visitado el local, tenía 25 años por lo que sabía y le pareció que cargaba una pena muy reciente por su forma de mirar y con esa idea Yuri memorizo su nombre... Otabek.

Luego de algunos días el local abrió sus puertas como cada noche y se comenzó a esparcir el rumor de que un hermoso chico rubio era el nuevo bar-tender del BLUE SKY atrayendo tanto a chicos como chicas.

Entonces el viernes llego y cuando Yuri lo vio entrar lo reconoció... el muchacho llamado Otabek había llegado como cada viernes según le dijo su abuelo y era mucho más apuesto que como lo había imaginado, no sabía el porque había soñado o imaginado su voz, pero algo le quedó claro su imaginación no le hacia justicia a la realidad, cabello negro, rostro duro, chaqueta de cuero que se ajustaba perfectamente a su esculpido cuerpo que estaba seguro tenia bajo toda esa ropa, que a su parecer solo estorbaba su vista; en resumen, un aire a chico malo que mágicamente lo encendía y ni hablar de su voz; cuando las palabras que le dedico llego a los oídos y lo invadió Yuri tuvo que reprimir una expresión de sorpresa al escuchar esa voz, grave,  fuerte y decidida, lo que no cuadraba con él era su mirada, tal y como se lo dijo su abuelo, se notaba apagada, sin vida...    Fue cuando lo decidió, él alegraría esos ojos, pero sobre todo quería experimentar el amor con él. Su primer amor.