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Narra Ace

En todo momento fue él, mi novio, Choi Chung Hyeop el chico que en aquellas ocasiones chocó conmigo y hace más de una hora que me lo ha confesado. En ese momento no supe ni que decirle. Solo tomé mis llaves, cogí mis zapatillas y caminé después de ponérmelas hasta donde me encuentro ahora, sentado, con Ry frente a mi y la segunda tanda de bebida frente a mi.

— No vas a emborracharte amigo —me detiene cuando estoy por beber —tampoco es que sea algo grave. A ese Hyeop le gustas, se preocupa por ti y eso es lo importante. Vuelve a su casa y dejate ya de tanta duda. Tienes a alguien al final a tu lado, te has quitado una enorme carga de encima y estoy seguro de que tú sientes algo muy fuerte por él. Deja el vaso y vuelve a su lado, dile que lo quieres, que no pasa nada por esos encuentros y hacer lo que tengáis que hacer.

— Seguro que se ha enfadado por irme de esa forma —Ry niega con la cabeza —está bien.. confiaré en ti.

Salgo del local, caminando de vuelta a casa por primera vez sin dar tumbos, metiendo la llave con cuidado, entrando de la misma forma, temiéndome un enfado por su parte, sintiéndome extraño por un momento cuando escucho una suave voz cantando desde la cocina, a donde me dirijo ahora, deteniéndome en la puerta cuando veo a Hyeop, de espaldas a mi, sentando en la mesa junto a una pequeña niña que no conozco mientras juegan, sonriendo ante la tierna escena frente a mi, sin dejar de escuchar a mi novio cantar.

— Tío tu novio a venido —la pequeña niña chilla, poniéndome nervioso cuando Hyeop clava sus ojos en mi —es muy guapo. ¿Puede ser mi novio también?

— ¿Quién es? —pregunto, sentándome en la única silla libre frente a los dos.

— Es la hija de mi hermana. Ha tenido que irse a trabajar urgente y me ha pedido que la cuide. Espero que no te moleste que esté aquí —niego con la cabeza porque no es problema —como estaba esperándote no quería no estar cuando volvieses. ¿Estás bien?

— Hyeop —me acerco un poco a él —deberíamos hablar. En privado.

— ¿Puedo ver dibujos?

Ambos me miran como esperando mi permiso, cogiendo a la pequeña en brazos, llevándola hasta mi habitación, dejándola sobre la cama cuando encontramos algo que le gusta ver, volviendo a la cocina donde está mi novio aún sentado en la silla, sentándome a su lado.

— ¿De que quieres hablar?

— Me da igual lo que paso en el pasado Hyeop. No es que me de igual pero porque fue y me siento ridículo ahora que se que me has visto borracho, tirado en el suelo gritando y riendo como un idiota descerebrado. Me sorprende incluso que quieras estar conmigo después de ver eso.

— No me fui cuando estabas riendo solo en mitad de la noche, en la calle —hace una breve pausa —ni me voy a ir ahora. Ninguno tenemos un pasado digno de admirar pero este presente que estamos empezando juntos me gusta y parece que a mi sobrina le caes bien. No paraba de decir cuando vendrías.

— Tiene un buen ejemplo con sus encantos —me acerco un poco más —su tío es todo un experto en persuadir a alguien.

— ¿Yo? —sonríe de forma inocente —si soy un angelito.

— Uno que ha cambiado un trato para que confesase mis sentimientos por ti —dejo un pequeño beso en sus labios —que me ha hecho enfrentarme a la primera persona que me rechazo de aquella forma que prefiero no recordar.

— Ni hace falta que lo recuerdes —roza nuestros labios, sosteniendo mis caderas.

Me abrazo a su cuello cuando me sorprende tirando de mi, sentándome en sus piernas, calmándome un poco cuando une nuestros labios, dejándome llevar, olvidando todo lo acontecido en la última hora y media, inclinando un poco mi cabeza profundizando así la unión de nuestros labios, escuchando el chasquido de nuestras lenguas enredándose, notando el pequeño hilo de saliva que queda en mi barbilla antes de volver a besarnos, separándome con cierta brusquedad cuando la dulce voz de la pequeña aparece en la cocina, limpiándome rápido sin poder moverme porque Hyeop no suelta su agarre de mis caderas.

— El móvil de mi nuevo tío está sonando mucho —lo cojo de sus pequeñas manos —en un señor que solo dice cosas raras.

— ¿Cosas raras? —me llevo el teléfono a mi oreja izquierda, escuchando, apartándolo —ha colgado. ¿Qué es lo que decía?

— Algo de que ha fo.. fo algo porque era muy rara y por eso te veías como una tentación. No se que es eso pero ese señor no me gusta si hace pupa a mi tío Woo y a mi tío Bari.

— No le llames así si él no te lo permite —beso en la mejilla a mi novio, abrazando a la pequeña cuando me agacho a su lado.

— Está bien que olvides lo que has escuchado ¿vale? —la pequeña asiente —¿te gusta el helado?

— ¡Si! —la pequeña da pequeños saltos.

— Dile a tu tío que se ponga sus zapatillas y te invito al helado que tu quieras.

La pequeña en un abrir y cerrar de ojos tira de su tío, quien se deja llevar sin problema, siguiéndoles hasta la entrada, conectando la alarma antes de salir y cerrar, caminando hasta el parque más cercano con la pequeña de la mano de los dos dando saltitos, hablando sin parar, mirando por un momento a mi novio quien es claramente el ejemplo de la pequeña porque son iguales hasta en eso.

No tardamos en llegar a la heladería, acompañando a la pequeña quien ahora tira de mi hasta el mostrador, agachándome a su lado, pidiendo una tarrina con los sabores que quiere y otro para mi y para Hyeop, llevándolos a la mesa después de pagar, sentándome con la pequeña cómodamente sobre mis piernas, ignorando a Hyeop cuando le dice que se siente en una silla, dejando un pequeño beso en sus labios para que se relaje, pasando así gran parte de la tarde, escuchando a la pequeña hablar, contándonos cosas de su escuela, de su tío y como era antes de conocerme quedándose dormida abrazada a mi cuerpo poco después de acabar su helado, marchándonos de vuelta a casa cargando con la pequeña que no ha querido soltarme, entrelazando mi mano libre con la de mi novio, sintiendo en mi interior esa paz que tanto necesitaba.

You are my Nº 1Where stories live. Discover now