22

33 4 4
                                        

Narra Ace

No se bien como decirles a mi padre que se podrían mudar a mi casa actual, teniendo que abandonar todo cuanto tienen aquí solo porque así podrían vivir más cerca de donde esté cuando Hyeop y yo encontremos una casa para los dos.

Sentándonos los cuatro en el sofá mis padres y Hyeop y yo en el sillón teniendo que sentarme en sus piernas, estoy mucho más nervioso aunque me armé del valor suficiente para decírselo. Al fin y al cabo no es como la noticia de que me voy a casar. Esta debería ser mucho más fácil de dar.

— ¿Qué nos quieres contar mi niño? —miro a mi madre —¿es algo malo?

— No es malo.. o eso creo al menos para mi —miro a Hyeop, quien asiente para que prosiga —he pensado que en lugar de vender mi casa podríais vivir vosotros en ella y así estáis más cerca de mi, de nosotros y nosotros de vosotros. ¿Qué os parece?

— ¿Estás seguro de no querer venderla y con eso aportas para comprar una casa con él?

— Para eso deberíamos vender las dos y tenemos lo suficiente juntos para comprar una casa propia mama —me siento mejor sin cargar mi peso demasiado —si no queréis lo entenderé.

— Nos encantaría hijo —sonrío ante las palabras de mi padre —es más tu madre y yo os ayudaremos con la casa nueva. Venderemos esta.

Niego rápidamente.

— No hace falta papa —intento levantarme pero Hyeop me lo impide —es la casa donde crecí. La casa que hicisteis un hogar de verdad desde que os casasteis..

— Ya se que hay muchos recuerdos aquí mi niño pero lo que más importa es estar contigo. Habrá una familia joven que creará recuerdos con sus propios hijos —asiento, aceptándolo aunque me cueste un poco —llevaremos todas las cosas a tu casa cuando tengáis vuestro propio hogar. ¿Cuándo os vais a casa de nuevo? Podéis pasar otra noche aquí si queréis.

— Tenemos que volver ya mama —esta vez si me levanto, abrazándola con fuerza —os llamaré mañana por la mañana.

— De acuerdo mi ángel.

Subimos al coche cuando nos despedimos de mis padres, entrelazando mis dedos con los de Hyeop, quien ahora está más tranquilo, sonriendo porque todo haya ido bien.

— No te gusta la idea de que lo vendan ¿verdad?

— He crecido en esa casa.. pero si es su decisión debo aceptarla —miro por la ventanilla —todos tenemos que cambiar a veces de aires ¿no?

— Claro que si cariño —aprieta mi mano —les ira mejor en la casa nueva y pronto se te olvidará que han vendido esa casa.

Asiento sin insistir más en el tema. El resto del trayecto lo hacemos en silencio, a excepción cuando habla de algo que no dura muchos minutos, bajando del coche nada más llegamos, entrando en casa detrás de mi novio, abrazándome a su cintura apoyando mi mejilla en su espalda.

— ¿Estás cariñoso o es cosa mia? —sonrío, frotando mi mejilla en su espalda —¿quieres probar eso de estar encima?

Niego con la cabeza sintiendo mis mejillas arder.

— Quiero darme un baño, dormir, besarte, buscar una casa, tener relaciones sin ser bruscos por una vez.. tantas cosas que no sabría por donde empezar.

— ¿Qué tal si nos bañamos juntos y después dormimos un poco? Aún tenemos tiempo para buscar una casa y de paso buscar opciones para casarnos.

Gira entre mis brazos, abrazándome a su cuello.

— Me gusta la idea del baño y después dormir un rato —rozo nuestros labios y narices —¿vamos entonces?

Los dos vamos al cuarto de baño, abriendo el grifo de la ducha, dejando que se caliente el agua, quitándome la ropa, viendo a Hyeop haciendo lo mismo que yo, beso sus labios sin perder el tiempo, sosteniéndome a su cuello y cintura cuando me alza, gimiendo cuando le siento en mi interior de pronto, sin preparación aunque no me preocupa ya, sintiéndole apretado en mi interior, aferrándome mejor a su cuerpo, moviendo la mano hacia el grifo para templar el agua cuando cae sobre nosotros, arqueando mi espalda cuando embiste, apretando mis piernas sobre sus caderas.

— Pensé que querías estar encima —roza nuestros labios, deteniéndose sin separar nuestros cuerpos —¿quieres que me siente?

— Como pares ahora te dejo sin tocarme un año —advierto.

Sus labios se amoldan a los míos, moviendo de nuevo sus caderas, gimiendo cuando su miembro roza ese punto en mi interior presionando con más fuerza que antes, clavando mis uñas en su espalda, mis pies en su trasero, sintiendo cada una de sus embestidas, como su miembro es cada vez más apresado entre las paredes en mi interior, tensando cada musculo de mi cuerpo, temblando entre sus manos agarrándome bien, la fría pared a mi espalda, pegándome más a su cuerpo si es posible, llegando con la respiración acelerada al orgasmo, abrazándome más firmemente a su cuerpo, incapaz de soltarle ni cuando siento la suavidad de la esponja sobre mi piel, rozando mi dolorida entrada cuando ya no le siento unido a mi cuerpo, notando su semen deslizándose por entre mis muslos, aceptando la toalla que me da, metiéndome seco y desnudo en la cama, abrazándome a su cuerpo cuando cae a mi lado, dejando un pequeño beso en su mejilla.

— ¿Has pensado en como debería ser la casa a la que nos mudemos?

— Íntima, con dos habitaciones, una cocina enorme, una sala donde podamos poner un televisor y disfrutemos en el sofá de una película abrazados, un comedor donde hacer las cenas familiares —sonrío, apoyando mi cabeza en su pecho —quizá podríamos tener un pequeño jardín si a ti te parece bien.

— Me parece bien todo —entrelazo mi mano a la suya —seguro que tu sobrina estará encantada pudiendo jugar en un jardín enterito para ella.

Alzo un poco mi cabeza para mirarle cuando se queda callado.

— Podríamos visitarla mañana —asiento mirándole —y la llevamos a algún lugar. Al parque o..

— ¿Qué tal si la llevamos al zoo? Le gustará seguro —subo sobre su cuerpo —bueno lo decididos mañana mejor. Se te están cerrando los ojos.

Cuando me quiero dar cuenta, notando que ya no responde, Hyeop se ha dormido, con sus manos sobre mi espalda, apretándome bien a su cuerpo, sonriendo embobado, quedándome así, tranquilo, sobre su cuerpo, acariciando con cuidado su mejilla, sin que se mueva en absoluto.

El silencio es tan intenso en la habitación, a excepción de su respiración calmada sintiéndola cerca de mi cara que me sorprende cuando escucho la vibración de su móvil sobre la mesita de noche.

Giro sobre su cuerpo, incorporándome despacio, asegurándome que no se despierta, mirando confuso el número desconocido en la pantalla.

You are my Nº 1Where stories live. Discover now