No volveremos a estar juntos nunca más

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"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas".

La creación

Las aguas cristalinas corrían por cascadas, bajaban y se convertían en ríos, seguían su curso y se fundían en océanos, todo seguía su ciclo, todo era perfecto, todo era lo mismo...

El ángel Ba'al siguió contemplando aquello, todo lo que era la creación de Dios, decidiendo caminar con sus pies sobre el verde pasto en vez de usar sus alas, su cuerpo corpóreo dotado de sensibilidad sentía como la brisa del viento golpeaba su cara, cerró sus ojos y aspiro el aroma de las flores, frutas, animales y árboles, dejo que su interior se llenara de aquella sensación que le hizo sentir una gran paz.

—¡Ba'al!— Le llamó una voz—¡Ba'al!

El ángel miro en dirección de quien clamaba su nombre y una sonrisa se formó en su rostro, la paz fue reemplazada por un cálido sentimiento en su interior.

—Arcángel Gabriel —dijo — ¿A qué debo el honor de su visita?

El aludido bajo rápidamente y le devolvió la sonrisa, escondía sus manos tras de sí y cuando sus pies tocaron el piso comenzó a acercarse lentamente.

—¡Te traje un regalo! — Comentó cuando estuvo lo suficientemente cerca —¡Yo mismo lo creé!

Tras decir aquello mostró sus manos y abriéndolas lentamente le enseño lo que allí se escondía.

—¡Es muy hermoso! ¿Cuál es su nombre? —Preguntó el ángel mientras acariciaba con delicadeza la suave ala de aquella criatura.

—Mariposa ¿es linda verdad? —Comentó entusiasta mientas veía el rostro de su compañero con cariño —Tiene el color de tus ojos...

La mariposa se posó sobre la mano de Ba'al y agito suavemente sus alas sin echar a volar.

—Es un regalo maravilloso Gabriel... gracias... Perdón —se corrigió— Arcángel Gabriel...

—No necesitas ser formal conmigo —le contesto el más alto— sólo Gabriel está bien.

Dicho esto, aquel hermoso insecto hecho a volar, Gabriel hizo ademán de querer ir tras él, pero Ba'al le detuvo.

—No... Creo que será más feliz libre —dijo con voz suave— me ha alegrado mucho tu regalo ¿hay algo que pueda hacer para compensarte?

—No hay necesidad de nada... —Contestó con nerviosismo el arcángel— que te haya gustado es suficiente para mí...

—¡Lo tengo! —Hablo el pelinegro sin dejarse convencer—Déjame acicalar tus alas, aun no entiendo porque nunca lo haces por ti mismo...

—Me gusta cuando lo haces... tus manos son suaves y amables, no me gusta que nadie toque mi plumaje más que tú.

La honesta declaración hizo sonrojar a Ba'al que sonrío tratando de ocultar los latidos de su corazón.

—Sentémonos cerca del riachuelo.

Declaró mientras tomaba la mano de Gabriel para guiarle; lo único que rompía la monotonía de aquella vida de eran las visitas de su arcángel; como le gustaba a Ba'al llamarle cuando nadie más podía escuchar, la felicidad que sentía cuando le miraba o la dicha que su corazón albergaba cuando de la boca de este salía su nombre era el más grande sentimiento que jamás había conocido.

*****

Cuando Belcebú abrió los ojos algo cálido le quemaba el pecho, había tenido un sueño, en sus años como Lord del infierno nunca había soñado, jamás, pero ahora lo hacía, no podía recordar de que trataba, pero sabía que se relacionaba con un pasado muy lejano.

Saga Mariposas [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora