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Maria comía tranquila su arepa cuando Bolivia se sentó frente a ella, parecía apenada y si la mujer alzaba la cabeza podría notar que está completamente roja.

-¿Pasa algo, chama?-pregunta dejando la comida por un momento.

-Quiero ser una arepa para que me devores- hablo rápido la morena y después salió corriendo.

Venezuela se confundió un montón por la actitud de Julia.

-¡Fue un reto!- grito mientras a lo lejos se escuchaba la risa de Perú.

Ámame bien. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora