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¿Como había llegado a esa situación? Julia literalmente estaba encaramada en una de las ramas más altas de un gigantesco árbol con una chola en la mano gritándole  a Chile que le devolviera su mar.

La escena sería graciosa si no fuera por el hecho de que la rama que sostenía a ambos países estaba a punto de romperse.

-¡Flaco, mi amor!-chilló Argentina tratando de calcular donde caería el chileno- Salta que yo te agarro-

-¡Largo de aquí weon...! Ay, ay no, Argentina no me dejes- Santiago casi que empezaba a llorar mientras que la rama cada vez más cedía por el peso de ambos.

Julia le gritaba al chileno sin que le importara que estaban a punto de caerse.

-Julia nos vas a matar- Santiago tomo del pelo a la morena y empezó a jalar de este mientras Bolivia le propinaba golpes con la chola.

Abajo los europeos, africanos y asiáticos miraban muy confundidos la escena de los latinos gritando como locos a sus hermanos en el árbol.

-¿No podrían simplemente sostenerse del tronco?- preguntó Japón.

-¿Y que les pasa que gritan tanto?- gruñó Inglaterra.

-Tal vez será algo de su cultura- comentó extrañado el Francés.

Varias ramas más pequeñas cayeron por el forcejeo de los latinos que no dejaban de moverse y darse golpes.

-Quédense quietos- ordenó Maria que había trepado el árbol.

Venezuela le tendió la mano a Bolivia que no dudo ni un segundo en tomarla y aferrarse a ella.

-Julia relájate- Maria intento hacer que la otra morena la soltara pero esta parecía preferir aferrarse a ella como si de un príncipe azul se tratara.

Las manos de Maria soltaron el tronco y ambas cayeron golpeándose con las ramas y finalmente cayendo sobre la pobre colombiana que ni sabía que pasaba. La gran rama terminó por romperse dejando caer al vacío a Chile, que intentando agarrarse de lo que fuera hizo caer grandes ramas que golpearon a sus hermanos abajo.

Y así fue como gran parte de los latino que terminaron en el hospital por un par de días.

Ámame bien. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora