Pues el brillo de sus ojos se habia apagado era dificil de entender como y porque cambio tanto, como de la noche a la mañana nos volvimos unos simples extraños si era tan perfecto ese momento, tan lejano el sufrimiento.
Duele ver que no puedo ser ese amor que sentia por ella era tan imvensible y ahora se volvio tan invisible por un simple y insificante cambio de planes, pues ni ella ni yo sabiamos que este era el final; pues es un infierno quererte y no tenerte, pues duele verte y no poder acercarme a ti y decirte lo mucho que te extraño y te amo, pues esta pena me consume y el no poder tener el valor de sacarte de mi mente de mis pensamientos y de mi vida.
Pero ese valor debí asumirlo hace mucho, pues se veía que esto no tenía un final feliz, la historia se repite una y otra vez, miles de amores sinceros distantes por sus pensamientos o por los malos momentos que pasan. La vida sigue y no la puedes parar como un autobús; en algún momento nos veremos y seremos dos extraños más, dos simples desconocidos, sin ganas de nada.
La vida no paro, me dió buenos dias, buenos ratos, también malos, pero nunca paro; recuerdo aquel día, uno de esos muchos que decidí no pensarte más, pero una vez más fue imposible, necesitaba saber de ti y ver que era de tu vida, que hacías, si tenías a alguien, o me esperabas aún, o al menos guardabas aquella bella ilusión, que nos prometimos de niños, pero supuse que nada era así; que todo había acabado.
Los años no paraba de corren y con ello la vida, la juventud; y con el tiempo lo note, este mismo mostró que todo lo que dije algún día era verdad, aunque estaba a punto de cumplir todo lo que un día me propuse, todo por lo que luchaba alguna vez, estaba a las puertas de mis metas, pero una vez más te ví y todo se derrumbó.
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En colaboración con: LuisaPabon5