EL TEMPLO UZUMAKI DEL SUR

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DISCLAIMER:

Naruto pertenece a Kishimoto y Avatar, la leyenda de Aang, pertenece a Konietzko y DiMartino.

ACLARACIONES:

(bla) *bla= notas de autora

bla, bla = flashback u onomatopeyas.

❀❀❀❀❀❀❀= cambios de escenario

Nuestros jóvenes se encontraban bajando de Kurama, pues ya estaban algo lejos y fuera de peligro. Todos habían llegado al lugar de origen de Naruto, pues cuando Kurama aumentaba su chakra *podía correr a distancias enormes y de forma muy rápida.

—Espera y verás Sakura-chan, el templo Uzumaki es de los más hermosos que hay en este mundo.

—No lo sé, Naruto. Han pasado cien años, no esperes encontrar todo igual.

—Pero estoy tan ansioso.

—Es solo que... todo pudo haber cambiado en ese tiempo.

—Lo sé, pero necesito verlo, dattebayo —dijo el rubio al momento de dirigirse hacia Sai quien dormía en una cobija —. Despierta Sai, tenemos que ir al templo que pertenece a mi clan.

—Mmm... Déjame dormir. Después vamos.

En eso Naruto vio una rama, así que decidió hacerle una broma al pelinegro.

—Oh, no Sai. Una serpiente camina en tus piernas —y al decir eso, el mencionado se paró rápidamente y empezó a gritar de miedo.

Ja, ja, ja, ja, dattebayo. ¡Qué divertido!

Arg, eso no fue nada gracioso, cosita.

Ja, ja, ja, claro que sí, además despertaste, ¿nos vamos?

Y así todos se dispusieron a seguir al rubio.

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En otro lado, el barco de Sasuke había llegado al puerto de otro pueblo cercano, era uno que pertenecía a los territorios conquistados por el País del Fuego.

—Tío, quiero que reparen ese barco enseguida. No podemos tardar y arriesgarnos a perderlo.

—¿Te refieres al Jinchūriki?

—No menciones su nombre en estos muelles. Si alguien te escucha, los Shinobi de Katon lo buscarán. Y no quiero que nadie se interponga.

—Se interponga ante qué, príncipe Sasuke —se escuchó una voz acercándose.

—Capitán Danzō.

*Danzō Shimura era un hombre de unos cuarenta y cinco años, piel blanca y cabello negro, con una cicatriz en forma de X en su barbilla. Un hombre para nada agradable a la vista del príncipe.

—Soy comandante ahora. General Kakashi Hatake, gran héroe de nuestra nación.

—General retirado.

—Bienvenidos cuñado e hijo del Daimyō del Fuego. ¿Qué los trae aquí?

—Nuestro barco está siendo reparado —dijo el peligris.

—Pero está muy dañado.

—Sí, no podrá creer lo que pasó —dijo Sasuke —. Tío, dile al comandante Danzō.

—¿Eh? Ah, sí... lo ha-haré. Fue espantoso. Bueno, ¿chocamos o algo así? —dijo lo último en un susurro.

—Sí, con un barco de la Aldea de las Flores.

Naruto: el último JinchūrikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora