EL ANBU AZUL

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DISCLAIMER:

Naruto pertenece a Kishimoto y Avatar, la leyenda de Aang, pertenece a Konietzko y DiMartino.

ACLARACIONES:

(bla) *bla= notas de autora

bla, bla = flashback , onomatopeyas o pensamientos.

❀❀❀❀❀❀❀= cambios de escenario

Era de noche en una de las bases que el País del Fuego tenía en la Aldea de la Primavera. Justo a esa hora, un grupo de *ANBUS, quienes eran un escuadrón de asesinato y tácticas avanzadas, practicaba lanzando flechas y kunais. Todos daban en el blanco sin fallar. Ellos eran observados desde lo alto de una torre por dos personas importantes.

—Olvídelo. Los arqueros ANBU se quedan aquí. Petición denegada, Comandante Danzō.

—Piénselo, Coronel Hashimoto. Su precisión es legendaria. Los arqueros que pertenecen a los ANBU le darían a una mosca desde unos 100 metros de distancia y no la matarían. No aprovecha sus talentos al usarlos como simples guardias de seguridad. Yo mismo creé esta agencia.

—Yo dispongo de su talento. Pueda que usted haya creado la agencia ANBU, pero estos de aquí son mis arqueros y harán lo que yo les diga —le contestó el coronel.

—Pero mi búsqueda del Jinchuriki es un...

—No es más que un proyecto vanidoso. Estamos en guerra, comandante, y necesito a todos mi hombres.

—Pero...

—¡Basta! No quiero escuchar una sola palabra, Shimura.

Danzō estaba molesto porque el coronel no seguía su petición. Justo en ese momento un halcón voló envíandole un mensaje a Hashimoto, pero este al leer la nota quedó sorprendido. Danzō al ver la expresión en el rostro del coronel, le quitó el mensaje.

—¿Una nota del Daimyō del Fuego? A ver qué dice... Oh, vaya. Al parecer me ascendieron a Almirante. Mi petición se convirtió en orden.

El coronel se retiró dando a entender que Danzō ahora tenía el mando ahí, pero nadie vio que había un espía entre ellos. Un hombre usando una máscara (vean la imagen de la portada)

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En otra parte, ya de día. Naruto y sus amigos se encontraban en un edificio antiguo abandonado. Había decidido acampar ahí puesto a que Sai se había resfriado debido a la tormenta.

Coff, coff, coff —tosía el pelinegro.

—Esto debería bajar tu fiebre —le decía Sakura mientras le ponía un paño húmedo.

—¿Sabes qué es lo que más me gusta de Kurama? Su sentido del humor.

—Qué bien, se lo diré.

Kurama estaba enroscado que a su vez le brindaba calor a Sai. Solo hizo un gruñido.

Je, je, je, eres tan gracioso Kurama.

—¿Cómo está Sai?

—Más o menos, Naruto. Esa tormenta le hizo mal.

—No encontré raíces de jengibre para el té, pero encontré un mapa. Hay un instituto de herbalistas en la cima de la montaña. Ellos podrían tener una cura para Sai.

—Naruto, Sai no puede viajar en estas condiciones. Necesita descansar un poco, y mañana se sentirá mucho mejor. Coff, coff, coff.

—Oh, no, Sakura-chan. ¿Sai te contagió?

Naruto: el último JinchūrikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora