1. Abrázame

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Narro yo:3

Pues si, como era de esperarse, el tiempo ha pasado...

Tanto que los lindos cachorros ya no son unos cachorros... cumplirán los 17 dentro de muy poco...

Pero aún así Kookie los trata como a sus bebés, ya saben, típico de los padres...

Y también, aún así, digamos que Tae no ha mejorado tal y como él esperaba...

Al contrario... el dolor había empeorado. Y aún no sabía su causa...

Estuvo tratando de tomar algunos calmantes y de llenarse de trabajo para mantenerse ocupado. Pero nada servía...

Y no. Aún no le había dicho nada a Jungkook a pesar de los años. No quería preocuparlo por algo que parecía tan sencillo e insignificante.

Lo que él no sabía era que el problema que tenía podía complicarse gravemente...
Podía acabar en algo terrible...

Pero bueno. Volvamos a la realidad y al presente.

Tae y Kook estaban actualmente en la ciudad junto a sus hijos. Planeaban quedarse un tiempo allí para que sus hijos pudieran asistir a la universidad, donde seguro aprenderían algunas cosas que tal vez les servirían para un futuro.

Y... ¿Quién sabe? Tal vez y les sería útil el obtener algún trabajo en la ciudad...

-¿Ya están listos? ¡Se les hará tarde...! -gritó el omega desde las escaleras.

-¡Si Appa! ¡Ya bajamos! -sus hijos respondieron en coro.

Jungkook sonrió y continuó preparando el desayuno. Tae lo observaba en silencio mientras bebía un poco de café, y sin que su omega lo supiera, aquel café contenía otro dichoso calmante.

Que en realidad no surtía efecto alguno...

-Mmgh... -se quejó Tae en voz baja y acarició con su mano el centro de su pecho.

Jungkook lo escuchó a pesar de no estar tan cerca suyo y a pesar de que el quejido fue en realidad muy bajo.

-¿Estás bien Tae? -preguntó mirando a su alfa.

Tae se puso muy nervioso de repente, no esperaba que Jungkook lo oyera, pero sonrió y asintió.

-Si yo... -buscó una excusa rápida en su mente- Esque el café estaba algo caliente...

Rió nervioso. Jungkook le sonrió y empezó a servirles el desayuno a sus niños.

Tae miraba algo perdido el oscuro líquido que contenía su taza, cuestionándose una y otra vez si debía hablar o no con Jungkook sobre lo que le ocurría.

-Ehm... Kookie -inició aún dudoso.

-¿Si Tae? -respondió su omega sin voltear a él. Pues estaba concentrado sirviendo algunos panqueques recién hechos en platos decorados.

-Yo... quería hablarte sobre...

-¡Buenos días! -bajaron todos los jóvenes y saludaron juntos.

Jungkook los sentó y les sirvió su desayuno. Tae les sonrió devolviéndoles el saludo, y decidiendo mentalmente que hablaría con Jungkook al día siguiente...

Otra vez...

-¡Suerte! -despedía Jungkook a sus hijos desde la puerta.

Llenándolos como cada mañana con más de 50 recomendaciones diferentes, de las cuales sus hijos de seguro sólo oían y entendían 10.

Tae los observó desde el gran ventanal en la sala, y se sintió conmovido por ver a sus hijos, sus cachorritos, ya casi convertidos en adultos.

Volteó para buscar con la mirada a Jungkook y no alcanzó a divisarlo ni en la sala, ni en la puerta de entrada ni en la cocina. Se puso de pie algo confundido y lo buscó por un rato.

¿Porqué me amas? [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora