5. Cosas de Manada

123 8 3
                                    

Tae

-No me mires así... Yo te dije que debías tomarlas por ésta vez más... -me reí mirando a Kookie.

Éste me sostenía la mirada algo molesto, con las mejillas rojas y las orejitas caídas en señal de vergüenza.

-¡H-hyung! -me reprochó por tercera vez, muy apenado. Golpeando mi hombro sin provocarme nada mas que ternura.

Yo volví a reir y atraje su cuerpo hacia mi.

-Tranquilo Kookie... creo que era obvio que pasaría -sonreí mirándolo. Apoyando mi frente con la suya.

Él bajó la mirada tímidamente y trató de volver a acomodar las blancas sábanas de la cama para que cubran su desnudo cuerpo.

Yo evité que lo hiciera y lo abracé con fuerza aferrándome más a él.

-¡T-tae! -volvió a quejarse nervioso. Y yo volví a reír contento mientras aspiraba su dulce aroma.

Tal y como los chicos propusieron, nos quedamos solos con Kookie por dos días en nuestra casa, mientras nuestros hijos estaban pasando el fin de semana junto a Jin, Namjoon, Yoongi, Jimin y sus hijos también.

Pero también, tal y como traté de advertir a Kookie, entró en celo. Y bueno... ya asumirán lo que pasó.

-Ya... mmgh Hyung... -trató de hablar mientras lo besaba.

Pero, como aún faltaba un poco para que su celo finalizara, era fácil convencerlo y ya simplemente me dejaba continuar sin quejarse.

Bajé mis besos con ternura por su cuello hasta la nueva marca que le había hecho en esa zona. Sonreí para mi mismo y besé su marca.

Jungkook seguía algo sensible por su celo. Y parecía un cachorrito contento con todos los mimos y caricias.

Reí mirandolo con dulzura.

-Hyung... -me llamó con voz suave.

-¿Mmh? -exclamé dejando un beso en su frente.

-N-no sé si esto haya sido... una buena idea... -habló refiriéndose a cómo nos encontrábamos.

Volví a reir.

-¿Y ahora te parece una mala idea? -sonreí de lado- Te recuerdo que YO fui el que te recomendó las pastillas, y tú sólo las tiraste... No me oíste -me burlé y lo besé de nuevo.

-P-pues sí pero... -estaba tan avergonzado que era muy tierno.

-Además, creo que cuando entras en celo cambias totalmente. Porque fuiste TÚ el que me provocó...

-¡H-hyung! -reclamó haciendo puchero.

Yo reí más fuerte y lo besé con ganas.

Enserio que no me creía ese cambio tan radical en Kookie sólo con su celo. Pues de ser mi lindo esposo que se negaba a dejarme tocarlo por las noches de aquella manera, se convertía en el omega más seductor que alguna vez había imaginado en mi vida.

Me daba risa recordar cómo él fue el que aseguró tener mucho sueño para meterse a la cama temprano, y a la media noche ya sólo sentí que alguien me quitaba la camisa.

Y bueno... como buen alfa que soy le seguí el juego a mi omega...

Y no me arrepiento de nada...

-Admitelo... -le murmuré a Kookie riendo suavito.

-¿E-el qué...? -cuestionó nervioso entre mis brazos.

-Te gustó todo ésto... -susurré y mordí ligeramente su orejita.

¿Porqué me amas? [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora