Miradas

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El era un mago sencillo y humilde. Tenía un pasado cargado de dolor y decepción. Iba a una ciudad desconocida, tenía por objetivo devolver a un Thunderbird a su habitat, lo había rescatado de unos traficantes, no soportaba ver a las criaturas sufrir por culpa de la especie más peligrosa, los humanos.
La palabra torpeza y la frase mala suerte son lo mínimo para describir una serie de eventos desafortunados, que lo llevarían a un momento desconocido, un momento que marcó un antes y después en su vida.
Ella era una bruja inteligente, audaz, honesta y valiente. Había perdido el trabajo de sus sueños, por hacer lo correcto, jamás se arrepentiría por esa decisión. Y por ello Credence era su responsabilidad.
Ambos tenían por destino el banco.
Donde ella capturaría a un "delincuente", y este capturaría su corazón.
-Lo siento-el magizoólogo dijo cuando tropezó con la mujer que en ese momento no sabía, pero se convertiría en la mujer de su vida.
Ella lo observaba al tiempo que mordía un suculento Hot dog...
Pasando el incidente del banco Newt notó que alguien se acercaba a el en ese callejón. Estaba en problemas, no solo porque había incurrido en un delito, o porque olvidó obliviar al muggle, sabía que esa interacción con aquella chica iba a ser obligatoria, y ella le había causado una impresión importante a él, ella lo ponía nervioso.
Ella estaba enfadada, se acercaba al misterioso mago que había hecho un desastre en el banco muggle y puso en peligro el estatuto del secreto.
-¿quién es usted? - se dirigió Tina Goldstein al magizoólogo, estaba nerviosa, debía recuperar su trabajo anterior. Por lo que la seriedad embargaba su actitud y su forma de desenvolverse en ese arresto.
-Newt Scamander, ¿y usted es?, tiene una mancha en sus -respondió de manera inconclusa un joven quien al verla desvió la mirada, cuando tropezó con ella pensó que era una linda chica, pero ahora al tenerla más de cerca, más decidida, y con una actitud retadora, decir que se veía linda era poco. Estaba nervioso y aún no sabía porqué...
-¿Donde lo atrapó?-decía un Abernathy molesto de ser ignorado siempre hacia un Newt que alcanzó a ver una cara de súplica y confidencia en Tina.
-¿A mi?, no sabría- Newt fue interrumpido por Graves, que llegaba y mostraba autoridad hacia Tina y Abernathy. Quien después de cierta revisión decidió liberar a Newt y pidió a Tina que lo escoltara.
-Srita. Goldstein, si me permite-dijo Graves galante sacando un pañuelo y limpiando la mancha de mostaza que Newt le había intentado hacer mención a Tina.
El magizoólogo observaba la escena, era experto en observar comportamiento de criaturas, era difícil para el abstenerse de observar, era claramente un intento de cortejo de Graves a la señorita Goldstein.
-¿Podría esta linda chica fijarse en un recurso tan básico de cortejo? Espero que no, la Srita. Goldstein se ve que es muy inteligente para caer en cortejos sencillos-el magizoólogo pensaba rápidamente esto cuando en el ascensor solo quedaron la chica y el.
-Vendrá conmigo Sr. Scamander- insistió la bella dama y lo intentó tomar del brazo, sin embargo, el fue quien le ofreció caballerosamente su brazo para poder andar juntos sin que ella lo perdiera de vista y así pudieran buscar al muggle que se había llevado su maleta.
Caminar por las calles de New York, del brazo de una bella y determinada acompañante era un lujo que el joven británico estaba disfrutando, no disfrutaba de compañías, era incómodo para el, sin embargo ella tenía en su forma de ser y de moverse que atraía la atención del joven mago.
El muggle fue localizado, un bonachón panadero fue atacado por un mutlap, y esa fue la razón por la que Porpertina Goldstein llevó a 2 caballeros a su casa, nuevamente Newt le ofreció su brazo caballero para continuar con ella...
Presentaciones prontas y fugaces se dieron en el departamento de las hermanas Goldstein. Queenie era un ser lleno de luz, y fuertemente extrovertida, quien se acopló rápidamente al bonachón panadero, dejando a la orilla a su hermana y al acompañante británico, ella siendo legeremente notó cierta confusión en Newt, preocupación por sus criaturas, incomodidad del momento y cierta curiosidad por su hermana, notando que quizás está mezcla era la causa del nerviosismo del inglés.
Cuando Tina advirtió el intento de escape del inglés y lo invitó a cenar dio una sonrisa y una mirada que cautivó a Newt, observar eso de una chica era nuevo para el, porque no era un coqueteo, aunque sí lo era, el no lo sabría distinguir, pero ahora Newt tenía curiosidad por Tina. Quería descubrir porque se sentía así con ella. Decidió observarla, disimuladamente, o al menos eso creía pero quizás era torpe, pero estaba siendo más torpe de lo normal, y seguía sin saber porqué.
La cena fue muy amena, al menos para Jacob y Queenie fue así, mientras que para Tina y Newt fue totalmente lo contrario, el magizoólogo daba miradas largas y profundas a la mayor de las Goldstein y esta se sentía observada por el inglés, y cuando este no la observaba era ella quien miraba al magizoólogo. Tina pudo notar que las pecas de su invitado inglés se distribuían por todo su rostro y se concentraban principalmente en los pómulos, se le hacía muy tierno esto, detalló que el inglés al jugar con la cuchara de la sopa daba una media sonrisa y un holluelo se pronunciaba cercana de las comisura de sus labios. El mago le parecía atractivo, pero era un criminal...
-¡Pero les ofrecimos chocolate!-decía Queenie de manera triste, sin embargo Tina estaba molesta, pero sobretodo decepcionada, creyó que ese mago si tenía buenas intenciones, y ahora estaba suelto con sus criaturas por todo New York.
-Voy a atrapar a ese mago, no me va a hacer quedar como una tonta, cuando lo encuentre me va a escuchar, Newt Scamander ruega porque no te encuentre porque si lo hago...
Newt intentó salir de la maleta y notó un encantamiento o estaban bloqueando la salida. Estaba nervioso y preocupado. Supuso que las hermanas Goldstein se habían dado cuenta de su ausencia y Tina los había encontrado. 

Newtina: El RegaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora