¿clanes?

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-Lamento las molestias.- Dice Stik cerrando la puerta.

-¿De qué quería hablar?- Pregunto concierto grado de enojo.

-Como iba diciendo, fui criado apartado de la Soledad... la... la ¿plebe? Por constancias de mi familia y sus competencia con las otras familias, esa chica es extraña.- Dice claramente refiriéndose a la extraña chica que lo ha acompañado. -Me resulta... familiar de alguna parte.-

-Dejemos por aquí mejor. Dormiré con ustedes al parecer.- Digo abriendo la puerta lentamente y viendo al resto tirados en el suelo.

-Parece que se durmieron.- Dice winter acomodando una almohada del sillón.

-Lo veo mañana.- Digo cerrado los ojos.

Que día más extraño, todo ocurrió demasiado rápido.

A la mañana siguiente soy él único que se despierta.

-(¿Laia...? Seguirá en la habitación.)- Me pregunto caminando lentamente hacia el cuarto, girando lentamente la perilla para verla.

Acostada con una camisa mía y en ropa interior, -(parece ser que si tomó un poco de más. Mejor le cubro eso.)-

Con la cobija grisácea le cubro desde sus pies hasta si cuello, acomodando su cabello castaño claro, dejando relucir sus finos párpados cerrados, sus labios de un tono rosado y su respiración tan relajada como una niña pequeña. Me acercó y le acomodó su flequillo dando un sutil beso en su frente.

Me retiro de la habitación para ver que Jhon ya esta despierto saliendo al pasillo del edificio con una taza de café humeante.

-Buen día joven Jhon.- Digo en un tono de mayordomo. -¿Como esta su cabeza?-

-Muy gracioso.- Responde haciendo una mueca de dolor. -Aun recuerdo lo sucedido o bueno algo así.- Dice frotando sus ojos con sus palmas dejando la taza de café en un leve borde.

-Si, Andrés y Jean discutieron muy feo... espero que logren olvidar eso.- Digo estirando me hasta escuchar un crujir de mi espalda. -Ire por un café.- Digo arrastrando las sandalias por el suelo hasta llegar a la cafetera y servir ese líquido negro, humeante y con un aroma exquisito, dándole así un soplido para que se enfríe más rápido. -(De verdad espero que olviden lo ocurrido.)-

Stik salió de casa, dijo que tenía asuntos pendiente, Jhon se llevó a Andrés y Jean con la ayuda de Fabián. Quede solo con Laia.

Que suerte que tenga casa sola por unos meses

-(Le haré el mejor desayuno posible.)- pensé mientras abría el refrigerador, tomando 2 huevos, 2 rebanadas de jamón. Encendí las estufas prepare café  y exprimi naranjas a mano para que tenga dos opciones para escojer.

Mis huevos fritos lucen deliciosos, al igual que las rebanadas de jamón. Limpió la casa antes que ella despierte.

-(Es increíble sigue dormida)- Pienso mientras miro levemente por la puerta.

Siendo las 10 A.M ella se despierta, parece bastante remota y dezcansada.

-Hola...- Dice mientras que se rasca los ojos dejando escapar un leve suspiro. -Oh, hiciste desayuno... Espera ¿Te levantaste temprano?- Dice bastante sorprendida para luego dejar escapar una leve broma. -Quien dirá un borracho que madruga.-

-Ja, ja. Pero yo no hice un desastre en la habitación ¿o si?- Digo tomando de mi vaso de jugo de naranja.

-Callate jajajajajajaja.- responde ella con una risa un tanto infantil dejando ver sus dientes, parece una niña pequeña dando bocados a su desayuno para luego verle sonreír.

-¿Que tienes?- pregunta con su boca llena. -Te ves bastante distante diría yo.-

-Esto...- Digo apenas podiendo decir un leve balbuceo. -Me distraje con algo - digo un poco nervioso. -(Sin importa que tan mal arreglada este es simplemente bella.)-

-Como digas señor pensamientos.- Dice con una actitud más infantil. -Hey come rápido te ayudaré con lo que hace falta ¿oki?-

-¿Ya no esta molesta?-

-No hay enojo que me dure más de 5 minutos contigo.-

Parece que ha olvidado su trabajo, llamaré para decir que enfermo más tarde, lo que ahora importa es que ella esta feliz y mientras lo este... yo también lo estaré.

La mañana transcurrió rápidamente dando la hora del almuerzo, pidiendo un pollo crujiente para almorzar pues no queríamos mover ni un solo dedo.

-Hey Jun...- Dice ella desde mi espalda.

-¿Que pa?- soy interrumpido por ella que con una sábana blanca me ataca desde mi espalda, haciendome caer en el sofa con ella en mis piernas.-

-Te amo... no lo olvides ¿si?- Dice ella dándome un dulce y cálido beso.

The infectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora