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Las días pasaban, con ello unos extraños sentimientos surgían en aquellos chicos. Era una tarde muy tranquila, demasiado para ser verdad.

Lo cierto era que, Edd había estado obligando a Tom y a Tord para que dejaran de pelear, y si no lo hacían, él no les compraría lo que ellos quisiera.

Edd controlaba el dinero de la casa, por lo cual no había centavo que se le escapara ni que se le perdiera.

Las risas "alegres" de todos se escuchaban en toda la sala. Se estaban riendo con una caricatura, extrañamente, Tom y Tord se encontraban abrazados (por no decir que ambos tenían uno de sus brazos alrededor del cuello del contrario, haciendo que sus manos cayeran sobre sus hombros).

Las risas de ambos eran las más fuertes, lágrimas producto de estas, salían de sus ojos. Edd casi se espanta al ver que estaban conviviendo muy bien.

Fingen muy bien.

Pensó aquel joven británico. Oh ellos no estaban fingiendo.

Todo estaba marchando bien. Tanto que decidieron jugar UNO.

Matt sacó las cartas que habían, pues hace unos días el juego se hizo muy popular y decidieron jugarlo.

Las cartas de repartieron, estaba demasiado variado.

El número iniciante era un 3 con carta de color amarillo, todos sacaron una carta con el mismo color o número.

Las horas pasaron, Edd había ganado las primeras 5 partidas mientras los demás estaban frustrados.

El sueño les había alcanzado, e inmediatamente se fueron a dormir.

Una vez todos en su habitación, un chico en particular empezó a pensar.

- Espera... ¿me acabo de divertir con él?

Soltó en un murmullo aquel noruego, mientras un ligero tono carmín cubría sus mejillas. Pequeños recuerdos del pasado llegaban a su mente, momentos felices con el británico, ¿cómo habían llegado a odiarse tanto? Peor aún, ¿porqué habían cambiado?

Sin notarlo, lágrimas decendían sobre su cara, tan calientes que nublaban su vista. Miró su habitación, totalmente limpia. Empezó a recordar más y más sobre aquellos lindos tiempos. Se recostó en su cama, con la mirada perdida en el techo, sus labios estaban un poco partidos por la falta de agua, su boca estaba ligeramente abierta, su respiración era calmada. Todo estaba en paz.

[🕎🕎🕎]

La recién pareja se encontraba comiendo helado en el parque de la ciudad, era otoño después de todo, las hermosas hojas secas que posaban en el suelo daban un toque extrañamente romántico. El frío en sus dedos era notorio, ninguno había dicho algo, pues iba a ser incómodo romper aquel tierno ambiente silencioso.

Los besos no faltaron, la pareja se amaba mucho, se miraron con todo el amor posible, y volvieron a unir sus labios. Los helados ya no existían, así que entrelazaron los dedos de las manos que ocupaban aquellos postres. Pues el sostener algo frío hizo que ambas manos se empezaran a dar calor mutuo.

El amor de ambos se podía sentir. El oji negro puso su vista sobre los delgados labios de su novio, estos estaban algo rotos por el frío, así que los besó una vez más, lamiendolos delicadamente en el proceso.

¿¡Qué diablos te pasa, Tord!? [CANCELADA.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora