Día 5. Jersey/sweater

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Ship: Seryozha x Khariton (Apocalypse Never)

Era un frío día de otoño en Moscú. De nuevo Khariton se encontraba esperando a Seryozha, el cual por mucho que lo amenazara seguía llegando tarde. Cansado de esperar, finalmente vio a lo lejos al otro corriendo. Molesto, se acercó a él y le dio un puñetazo en todo el estómago. Este dramáticamente se tiró al suelo quejándose de dolor. Siempre era así cuando quedaban.

-Tus formas de saludar son demasiado duras, Khariton.
-Si llegaras pronto no tendría que hacer eso. Anda, vámonos ya.
-¡Sí! -El de mechas azules se levantó y se dispuso a caminar junto al más bajo.

Finalmente llegaron a la cafetería donde solían estar siempre. No lo querían reconocer pero las veces que quedaban venían a ser citas para ellos.

-Bueno, ¿Qué tal te fue la semana, Khariton? -Ya más tranquilo, el más alto mostraba una agradable sonrisa que solo le salía con él.
-Hm... Pues como siempre. Ya sabes, la universidad me agota, tsk.
-Lo sé, pero mira, ahora mismo tienes tiempo libre. ¿No?
-Sí. Me pregunto por qué gasto todo mi tiempo libre con un idiota que solo sabe llegar tarde. Sería más útil adoptar a un gato y perderlo con él.
-¡Oye! Si gastas ese tiempo conmigo será porque te gusta que nos veamos.
-E-eso no es verdad... Tsk, idiota. -Su rostro se puso de un tono rojizo. En realidad tenía razón.
-Lo que digas, Khariton.

La tarde fue tranquila. Ambos estuvieron tomando té y charlando, con algunos insultos del más bajo de por medio. Ya estaba anocheciendo y decidieron salir para irse ya. No sabían que estaba lloviendo demasiado fuerte.

-Estamos cerca de mi casa, vamos. -El más alto agarró de la muñeca al adverso y se puso a correr para no mojarse demasiado. Sin embargo, ambos llegaron empapados. -Hoy mis hermanas no están así que no estarán molestando con sus tonterías de borracha y psicópata.
-No creo que sean tan terribles como dices, pero está bien. -Entró en la casa del mayor, que sorprendentemente estaba limpia y ordenada esa vez.
-No las conoces demasiado. Contigo son amables para dejarme mal a mí.

El de cabello medio azul fue hacia su habitación y se cambió, después abrió un cajón y sacó ropa para prestarle al menor.

-Toma, Khariton. Quizá te quede demasiado grande pero no tengo otra cosa. -Le dio un jersey y los pantalones más pequeños que encontró en su armario. Este se metió en su cuarto para cambiarse y cerró casi de un portazo, avergonzado por tener que llevar ropa suya.
Los pantalones le quedaban bastante bien, pero aquel jersey le estaba bastante grande. Sin embargo, se sentía genial llevando una prenda del otro aunque no lo dijera.

-Ya estoy. Tsk... Odio tener que llevar la ropa de un idiota, pero no me queda otra.

El otro, al verlo con su ropa sintió su corazón latir más fuerte que nunca, pero intentaba disimularlo.

-T-te queda bien mi ropa. Te ves adorable con ese jersey tan grande.
-¡Idiota! No soy adorable, deja de decir eso.
-Sí que lo eres. -Le apretó las mejillas, le parecía demasiado adorable aunque dijese que no.
-¡Para! -Su rostro estaba completamente rojo. -Deja de decir tonterías...
-¿Tonterías? Vamos, solo dije lo que pienso. -Se acercó aún más al más bajo y le revolvió el cabello.
-Sí, tonterías. Parece que me trates como a un niño pequeño y no me gusta. Tengo tu edad, ¿sabes?
-Lo sé... Pero siempre te he estado protegiendo, desde pequeño. Es por eso que te trato así... -Se estaba poniendo algo nervioso. A veces con él se le olvidaba el país en el que estaban y quizá al otro le molestaban esas cosas. Nunca tuvieron esa charla, seguramente por miedo al rechazo por parte del otro. Pero estaban en la misma situación sin saberlo. El mayor quería aprovechar que estaban solos para atreverse por fin a contarle lo que le pasaba. Era algo que solo su hermana mayor sabía. -Oye, Khariton... Tengo una pregunta.
-¿Eh? ¿A qué viene esa seriedad de repente? Vamos, di.
-Verás... Bueno... Si yo te dijera... Que me gustan los chicos... ¿Qué harías?
-El menor empezó a reírse en ese mismo momento. El otro quedó confuso por unos segundos, luego decidió responderle por fin. -Pues que a mí también.
-¿Qué? -Notó un gran alivio que no podía explicar. La gran duda de su vida se había resuelto. Tenía miedo de estar enamorado de un chico que le gustasen las chicas.
-Pues eso, idiota. Pensé que lo sabías de sobra, no me paso el día tirándote indirectas de que me gustas para que seas tan idiota de no darte cuenta ni de eso. -Le costó decir todo eso, pero era en aquel momento o nunca. Cuando se dio cuenta de sus propias palabras, todavía se puso más rojo.
-Espera... ¿Te gusto?
-No lo voy a repetir. Lo dejé claro, no seas tan idiota.
-Khariton... -Se lanzó a abrazarlo con demasiada fuerza, cayendo ambos sobre su cama. -¿Sabes los años que llevo enamorado de ti y no lo he dicho por miedo a lo que pueda suceder? Tenía miedo hasta de que me odiases por eso.
-Lo sé, porque he pasado por lo mismo. -Estaba debajo del mayor, teniendo su rostro a escasos centímetros del adverso.
-Me llamas idiota... Y lo soy por no darme cuenta antes. Pero tú también lo has sido. -No tardó en besar los labios del menor. Llevaba muchísimos años imaginando aquel momento pero jamás pensó que sucedería.

El otro correspondió a su beso sin dudarlo, rodeando el cuello del más alto con sus brazos para que no se alejase de él.

-Por esta vez... Te daré la razón. Ahora no te alejes de mí. ¿Vale?
-No lo haré.

Pasaron la noche juntos. Cuando el menor despertó y vio que llevaba la ropa del otro sonrió como jamás lo había hecho recordando aquella noche. Rodeó con sus brazos la cintura de su pareja, sin esperar que este se girase porque ya estaba despierto. Le dio un pequeño beso en los labios y lo miró con una amplia sonrisa.

-Buenos días, Khariton.
-B-buenos días... Seryozha... -Respondió avergonzado. Nunca había tenido una pareja y no sabía cómo actuar.
-Vamos, no te pongas nervioso. ¿No te ha gustado mi forma de darte los buenos días?
-No es eso... Tsk. Claro que me gusta...
-Eres demasiado tímido... Sabes que conmigo no tienes que serlo. Confía en mí, ahora soy tu pareja. ¿No?
-S-sí... Tienes razón... -Antes de poder decir algo más su pareja volvió a besarlo. -Anda, vamos a levantarnos ya.
-Oye... Seryozha...
-¿Sí?
-¿Puedo llevarme tu jersey? Me gusta el olor que tiene...
-Una pequeña risilla dejó escapar el mayor. Después besó la mejilla de su pareja y lo miró con la mayor sonrisa que jamás había tenido. -Claro que sí, tonto.

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Por fin escribí algo de este ship, es muy poco conocido pero es muy especial para mí, son una pareja super bonita y de las pocas que son canon de verdad de las que voy a escribir <3 espero que os guste el fic, mañana seguimos con los romances rusos.

Fictober 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora