Día 9. Magia

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Ship: Rumanía x Bulgaria (Hetalia)

Paseando por las calles de Bucarest se encontraba un joven búlgaro. Solía estar siempre en aquel lugar de visita, ya que su mejor amigo vivía allí. Esta vez iba acompañado de un niño, el cual era el hermano pequeño del rumano.

-Tengo muchas ganas de ver a Rumanía-nii. ¿Tú también?
-Claro que sí.
-¡Pues vamos!

El pequeño había hablado con el rumano previamente. Al parecer era el cumpleaños del búlgaro que se dirigía a verlo y había preparado una sorpresa para él. Para ello el pequeño tenía que distraerlo un rato, tan solo unas dos horas. Una vez que ese tiempo había pasado el pequeño accedió a ir ya a ver al chico con complejo de vampiro. Cuando se encontraron en la puerta el pequeño fingió que lo llamaban y avisó de que se tenía que ir por problemas en su casa. El mayor lo creyó, son países y es normal que esas cosas pasen así de repente. No le dio mucha importancia y entró en la casa, la cual estaba ya abierta y pensó que fue el rumano quien la abrió, pero no había nadie cerca.

Revisó todo el piso de abajo y no encontró a nadie, lo cual le asustó un poco.

-Vlad, si estás con tus tonterías de vampiro para. Me estás preocupando.

Pero no obtuvo respuesta.

Sin dudarlo subió en dirección a su habitación, pero las luces se apagaron una vez que terminó el camino de las escaleras. Una persona apareció de espaldas a él y cubrió sus ojos, a pesar de que apenas veía ya.

-Vlad, para esto.

Fue ignorado.

Sin decir nada, la persona que tenía detrás llevó su rostro al cuello ajeno, clavando sus dientes en este. Le hizo un poco de sangre pero no demasiada. Solo quería probarlo, se moría por hacerlo. Después lamió aquella zona y dejó algunos besos en ella.

-Vlad...¿Qué estás haciendo?

Esa presencia desapareció y las luces se encendieron. El búlgaro estaba confuso, pero siguió su camino hacia su habitación, llevando su mano al lugar donde le había mordido.

De nuevo, al pisar el suelo de aquella habitación todo se apagó. Ya ni le sorprendió.
Esta vez tenía a aquella persona frente a él. No le preguntó nada, solo esperaría a ver qué hacía. Esta persona fue directa a sus labios y los besó, abrazándolo con todas sus fuerzas. Finalmente se atrevió a hablar.

-¿Crees en la magia, Dimitri? -Efectivamente era el rumano. El búlgaro siempre solía decirle que no creía en la magia y quería hacerle creer en ella.
-Vlad... -Aún estaba confuso por el beso. Aquello para él sí fue algo mágico. -Puede.
-¿Hace falta que siga intentando hacerte creer en ella?
-Estaría bien.

Lo besó de nuevo, después volvió a acercarse a su cuello y dejó varios besos en él.

-Bueno, esto lo seguiremos más tarde. Ahora acompáñame.

Los dos chicos caminaron por la casa a oscuras, pero iban tomados de la mano. Cuando llegaron, el rumano lo besó de nuevo e hizo un gesto y un sonido con las manos. Las luces se encendieron y pudo ver cómo el salón entero había cambiado. Ahora estaba todo preparado para una fiesta.

-Espero que ahora creas en la magia.
-Creo que contigo puedo empezar a creer en ella.

Los dos se dieron un último beso antes de que todos llegaran.

Cuando todos se marcharon, el rumano le entregó su regalo al búlgaro. Era un colgante con forma de corazón en el que dentro había una foto de ambos.

-Espero que te guste, Dim. -Solo el rumano llamaba así al otro país.
-Me encanta, Vlad.

Y ambos pasaron la noche juntos, una noche en la que el de cabello oscuro descubrió que la magia existía.

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Otro fic corto pero la verdad me ha encantado escribirlo. Nunca había escrito algo de este ship y la verdad es precioso, espero que os guste. <3

Fictober 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora