Capítulo IX

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La isla de HOWTH había sufrido pocos cambios desde la última vez que Kara había estado en ella, siete años atrás. La población de la isla habitaba en un pequeño pueblo de casas de aspecto colonial que ascendían en hileras regulares por la ladera de una colina. En la plaza principal había una iglesia coronada por un campanario. Más allá del pueblo se extendían las verdes colinas de la isla.

—La última vez que estuvimos aquí me dijiste que querías casarte en una iglesia como ésa —murmuró Lena.

—¿En serio? —de pie junto a la barandilla de cubierta mientras el yate atracaba, Kara aún se sentía adormecida por la falta de sueño de la noche anterior. Aquel recordatorio estuvo a punto de hacer que se atragantara con el café que estaba tomando para despejarse—. No lo recuerdo.

—Me gustaba que no te molestaras en sopesar cada palabra que decías cuando estabas conmigo. Mis padres se casaron aquí. A mi madre también le gustó la idea.

—HOWTH pertenecía originalmente a su familia, ¿no?

—Sí. Fue hija única y supuso una gran decepción para su familia, que habrían querido tener un hijo varón.

—Recuerdo su retrato en la casa. Era una mujer muy guapa.

—Aún conserva el título de ser la mujer más vanidosa que he conocido —comentó Lena con ironía—. En muchos aspectos, tuvo suerte de morir joven. No habría sido capaz de enfrentarse al envejecimiento.

Kara pensó que era triste que Lena pudiera sentirse tan desapegado del recuerdo de su madre, un hábito probablemente adquirido como medio de autoprotección cuando era niña y vivía bajo la tutela de dos padres irresponsables que se negaban a crecer y a comportarse como adultos. Demasiado parecidos como para soportarse mucho tiempo, sus padres se divorciaron cuando ella tenía cinco años.

Lillian Luthor era una bella y rica joven obsesionada por convertirse en una actriz famosa. Mientras se dedicaba a recibir interminables clases de interpretación y a organizar constantes fiestas para entretener a las celebridades, Lena fue seriamente desatendida. En dos ocasiones tuvo que ser apartada por trabajadores sociales de la custodia de sus padres. Lillian acabó muriendo a causa de una sobredosis a los treinta años, y sólo era recordada en el mundo del cine por haber interpretado alguna de las peores películas jamás rodadas. El padre de Lena, Lionel Luthor, un empedernido mujeriego, bebedor y jugador, murió tras sufrir un accidente con una lancha fuera borda. Tras quedar huérfana a los catorce años, Lena se trasladó a vivir con su abuelo Alexander.

Kara, Lexa y Lena subieron a uno de los coches que aguardaban en el puerto mientras el equipaje era cargado en otro. Kara volvió la mirada hacia el mar y la vacía playa de arena que rodeaba casi la mitad de la isla.

—¿Sigues tratando de mantener alejados a los turistas? —preguntó.

—¿Por qué iba a querer compartir el paraíso?

—Sería la mejor forma de revitalizar la economía de la isla y de conseguir que los jóvenes se quedaran. Algún pequeño negocio turístico cercano al pueblo no tendría por qué interferir con tu intimidad.

—Recuérdame que te mantenga alejada del ayuntamiento. Te elegirían alcaldesa de inmediato —dijo Lena con una sonrisa irónica —. En los últimos años he traído varios negocios a la isla para generar empleo, y la población está creciendo sin necesidad de turismo y los problemas que acarrea.

Kara sonrió.

—Estoy segura de que sabes mejor que nadie lo que mejor funciona en tu pequeño reino.

—No veo la isla como mi reino —replicó Lena, molesta.

—No pretendía polemizar —dijo Kara sin demasiada convicción.

El dulce sabor de la venganza (Adaptacion Supercorp) COMPLETA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora