Prologo. Génesis 2.0

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||Aldea ThunderFang, Julio 31 del 7,795||

Era un día tormentoso, los rayos caían repetidas veces en los postes de hierro alrededor de la aldea mientras un campaneo leve sonaba en el fondo con cada bajada que daban los rayos. En aquel momento, se encontraba en movimiento una casa del poblado, en la que se hallaban un grupo de pokémon ajetreados. 

--¿Temperatura?-- Cuestionó una Raichu a la par que llenaba un balde con agua helada.

--41 y aumentado.-- Contestó otro Raichu, el cual, tomaba la temperatura de un pokémon azul cielo, aquel pokémon no paraba de jadear mientras tenía los ojos cerrados con fuerza.

--Karen, ¿mi hijo estará bien?-- Preguntó una felina de gran tamaño, una Luxray la cual, era aparentemente la madre de la criatura que agonizaba con una gran temperatura, un Shinx.

--Hago lo que puedo Lucía.-- Comentó mientras le ponía al pequeño una toalla de agua helada, se le notaba gravemente preocupada, atendiendo al felino cuanto podía con un pánico notable en ella, puesto que no habían sido más de cinco días desde el nacimiento del Shinx y este ya se había enfermado de gravedad. A pesar de todo, intento mantener la compostura y calma en todo momento, contrario a la madre del pokémon.

--Karen, prométeme que estará bien.-- Pidió desesperada, sin obtener respuesta de la roedora, quien seguía intentando calmar la temperatura del pequeño. --Karen, mi hijo...--

--Lucía, sal por favor.-- Ordenó causándole a la Luxray algo de descontento, pero no tanto como el que ella tenía encima por la presión del asunto. --Haré lo que pueda, eso es lo único que puedo prometerte.--

--Mi hijo...-- Su intento de pedir algo más que esa promesa que se sentía desesperanzadora, fue interrumpido cuando la Raichu le calló nuevamente, repitiéndole que salga del lugar y les dejen trabajar. 

--Lucí, ya la escuchaste, salgamos de la habitación y dejemos que ambos hagan lo que puedan, por favor.-- Pidió el otro Luxray, el padre del Shinx, quien tomó la pata de su esposa para intentar salir junto a ella, sin embargo, la respuesta de la Luxray fue oponerse con una evidente reacción de histeria. 

--¡Yo no pienso dejar solo a nuestro hijo, Nate!-- Exclamó intentando acercarse a su cría nuevamente. 

--Por favor, cariño, ellos saben lo que hacen, no podemos hacer nada más que confiar.-- Reiteró el Luxray mientras poco a poco hacía salir a su pareja de la habitación.

--¡No pienso dejar a Tesla!--

Los constantes gritos de histeria por parte de la madre, más sus intentos de forcejeo ante el agarre de su pareja, no fueron nada más que desesperantes tanto para ella cómo para la doctora del poblado que se encontraba con la paciencia al límite ante la situación.

--¡Lucia, vete ya, nosotros nos haremos cargo!-- Gritó la Raichu solo para llevarse un rugido y bufido feroz de la Luxray quien en su desespero estaba dispuesta a quedarse cuanto antes con su cría por si pasaba algo.

--¿Mamá?-- Dijo una tierna y pequeña voz, la cual resultaba ser una Pichu que acechaba curiosa con otro pokémon semejante, el cual, le jalaba de la pata intentando alejarla del lugar. 

Un silencio incomodo dominó el lugar, solo los rayos rompían tal pacto de silencio cuando estos descendían, más rápidos que el sonido. Los adultos se habían quedado quietos mirando a los dos pequeños pokémon que se habían colado en la sala.

--Pika, Edison, por favor, vayan a la sala. Mamá está ocupada.-- Respondió la Raichu con un tono más tranquilo al notar a ambos pequeños en el lugar, no quería que ellos sufrieran la intensidad de la situación.

Pokémon MMEC Equipo DarkStarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora