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Había apostado a que terminaría nuevamente frente a una situación similar...

No porque fuese negativo o deprimente (aún cuando eran características que no podía negar de su personalidad), sino porque así era la gran mayoría de las adicciones que trataban de vestirse con ropas de "rehabilitadas".

Nunca creyó en su capacidad de volver a tomar alcohol de forma moderada.

. . .

¿Le había cagado? 

Por supuesto que sí, no por nada ahora se encontraba sumamente mareado y con el dolor de cabeza apuñalando con un pica hielos lo poco de cerebro que aún le quedaba, observando penosamente y entre su resaca la silueta tan fina que se marcaba de Bruno entre la salida y el marco de a puerta.

Iba a recibir una reprimenda, por como era natural.

Y no había forma de negarlo en cuanto evidenció toda la decepción sobre los ojos azules de su capo, aquel que tanto había trabajado por su persona...

— Bucciarati, yo. . .

Su voz salió rasposa, y su expresión estaba perdida en la belleza ajena, como si eso fuese lo único que realmente importara.

Aún en la peor situación seguía viendo lo más bello de aquel hombre que le habría robado el aliento sin mayor dificultad.

Sintió repentina vergüenza de sí mismo, y tras haber abierto un poco más sus ojos, bajó la cabeza en total señal de sumisión y pena, comprendiendo todo lo mal que había hecho para ese punto.

Era una desastre, y tanto Bruno como él mismo lo sabían.

— . . . Lo lamento...

[[ The Diary of a Gangster ]] : Leone AbbacchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora