XXIV

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Su silencio es comprado con el alcohol y el malestar de estar vivo para la mañana siguiente.

La resaca va a matarle, pero sería incluso mejor que propiamente esperar a que sus enfermedades de años acaben lentamente con él.

Prefiere algo rápido y efectivo...

Más tranquilo que el convulsionar y ahogarse en vómito.

Ha dejado de llorar, y es porque siente que no hay forma de que eso le sugiera un alivio a ese punto tan alto y rígido del abandono propio.

Incapacitado de sentirse bien, alternándose entre la realidad y el abrazo incandescente del acalorado alcohol...

Todo para simplemente caer presa de las alucinaciones durante la noche.

La botella es su única y pésima acompañante.

Todo el día en cama, la vista perdida en el desgarbado techo de su habitación maltrecha 

Sin voluntad ni ánimos, se sorprende a sí mismo respirando el aura pesimista que despide como si fuese una especie de animal muerto.

Se retuerce entre sus cobertores y vuelve a cerrar los ojos en un intento por dormir aún más de lo ya requerido.

Al menos en sueños ya no sentía dolor.

[[ The Diary of a Gangster ]] : Leone AbbacchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora