[[ Trigger warning: Capítulo especial basado en el AbbaGio - Leone Abbacchio x Giorno Giovanna
En honor a la AbbaGio week que hasta ayer me di cuenta de que estaba por terminar. Mi sufrimiento es superior, y más con mi ship culposa.
Quizás después tome alguno elementos para realizar la week de forma tardía, pero por ahora me resignaré a elegir un topic al azar. ]]
Day 7 - Free Day
Sus sonrisas son vacías, y teme profundamente el que su corazón salga de su pecho en reclamo por ser incapaz de besar correctamente sus labios.
Lo detesta profundamente. Odia amarlo hasta los huesos, y su rencor es superior al de cualquier otra persona, porque observarlo y sentir su fragancia al pasar a su lado es demasiado como para que simplemente no haga caso.
Su cuello es frágil entre sus manos, y siente la imperiosa necesidad de ver los poros obstruidos por sus propias manos, aquellas que simplemente generan presión y ahorcan de forma violenta, todo por evadir esos ojos verdes que lo escrutan con aún más fuerza de la necesaria.
Suelta sollozos, la manos de Giovanna tratan de tomar su rostro, pero se niega mantener contacto amable con el mismo. Opta por alejarle, gritarle improperios mientras las lágrimas saltan de sus ojos, y hace todo lo posible por quebrar la debilidad del pescuezo ajeno, sabiendo de primer mano que no tan difícil podría ser.
Le recrimina a punta de bufidos, y aunque parece como un perro a punto de morderle, él es el más asustado entre los dos. Le tiemblan las piernas a pesar del apoyo sobre la cama, y la desnudez de ambos es perfecto indicio del horror que les podría aniquilar con sencillez.
— ¡DAME UN PUTO DESCANSO, GIORNO!
No hay alcohol en su sistema que justifique su forma de actuar. Todo es tan vivido, aún cuando cree fervientemente que se trata de una simple alucinación causada por las cantidades de café, o propiamente por la falta de sueño.
Presiona, presiona.
El sudor y la palidez se marcan en el rubio, y aunque existe la confianza en juegos similares, sabe que aquello no es más que un intento de asesinato.
¿Intencional? No podría ponerse a discutir sobre ello en un momento tan crucial como ese.
Escucha el ruido blanco, parece incluso que un piano toca de forma vaga en lo más recóndito de su cerebro, pero quizás simplemente es la reacción de su mente ante la falta tan absurda de oxígeno.
Sus ojos se pierde, la tez se torna purpurea por su fuerza, y es cuando el joven pierde la consciencia que Abbacchio logra darse razones para suspirar de alivio.
Entonces...
¿Por qué continúa su agarre tan férreo?
No deberían haber razones; el enojo tuvo que haberse disipado tras finalizar exitosamente con la tarea de evitar su mirada.
¿Por qué?
El temor le recorre de pies a cabeza. Sabe que va a despertar de forma repentina, sabe que va a volver a verle de la misma forma una vez pueda recobrar las fuerzas y la voluntad en sí mismo.
Quiere huir, quiere correr, pues la sola idea de volver a verlo despierto se le hace sumamente aterradora... Tanto como para desear no verle jamás.
No ha parado de llorar, y su corazón acaba estrujándose intensamente en su pecho. Finalmente se permite evidenciar que la rabia no ha parado de manar con creces entre su estomago y su pecho.
Hay presiones bajo sus costillas, las arcadas son peores a cada segundo, y por un solo instante piensa que puede vomitar encima de su obra de arte que, por supuesto, todavía no está finalizada. Aguanta, aguanta hasta que él mismo se ve falto de aire, reteniendo la respiración hasta que ya no observa movimiento.
¿Cuánto tiempo ha pasado?
Puede jurar que han sido horas y horas de insano contacto con la piel que besó insaciablemente.
Puede jurar que han sido días enteros de verle a los ojos, y darse cuenta de que sus sentimientos no eran aceptados en los más mínimo.
Puede jurar que han sido años de súplicas por algo de amor verdadero que se le pueda ser brindado de forma incondicional, con el corazón regalado entre vísceras y músculos perfectamente distribuidos, hermosos en toda su bellísima extensión.
Los gritos son desgarradores cuando separa sus manos.
Sigue siendo tan cálido...
Tan bello.
Tan perfecto incluso entre la muerte más vacía.
Anhela sus besos, anhela sentir sus labios contra los suyos, así fuese por una sola vez en su vida.
Pero hace lo posible por cumplir la promesa que inició toda su psicosis enferma:
"Podemos hacer lo que quieras, siempre y cuando no acerques tu rostro al mío"
Su rechazo fue tan inaudito que quebró su ser completo en menos de lo que se daba un suspiro.
Quiere realizar un reclamo: Su precioso amante le dejó con las palabras en la boca, y con el amor desbordando entre sus desequilibrados labios; gastándose, convirtiéndose en líquidos insulsos y en palabras que se notaban falsas.
¿Qué tan horrible podía ser el destino del que ha sido rechazado una vez?
Quizás no peor al de aquel que ha constituido su vida a través del arte de ignorar hasta su propio anhelar.
Por supuesto, los límites existen.
Y Leone había sido víctima del más enfermizo de todos:
Un amor no correspondido.
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[[ The Diary of a Gangster ]] : Leone Abbacchio
Fanfiction〜 Leone vive constantemente cansado, y para liberarse no le queda mas que escribir. 〜