La guerra seguía su curso. Lord Voldemort ahora controlaba el Ministerio y se hacía paso a la conquista del Mundo Mágico que le faltó la última vez. Harry Potter y sus amigos se dedicaban a la búsqueda de Horrocruxes. Un fatal error los llevó a la...
A medida que transcurre la historia, se va complicando más el hecho de que la batalla final se acerca. Y se encuentra necesario elegir un bando para pelear.
Snape mentía, Bellatrix no estaba gestando ningún niño del señor Tenebroso. De hecho, este fue su plan: implantar la duda para que ella pudiera alejarse de Hermione. ¿Pero entonces éste está a favor de Voldemort? La verdad es difícil de saber. Pero algo es seguro, su lealtad, como antes, estaba cambiando. ¿Cuál sería el final de su plan? Claramente, ahora la mortífaga no podría vivir su idilio con Hermione de la misma manera. La incertidumbre, la culpa, estaría latente. ¿Cómo terminaría todo esto? Mejor vayamos con la historia...
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Una gran mansión con deterioro de abandono, se presentaba ante los ojos de Hermione. Su fachada ya pálida y descolorida, sus múltiples ventanas empolvadas y rotas, le daban un toque lúgubre y misterioso pero que te remueve la curiosidad de entrar y descubrir lo que alberga. Con ayuda de la magia, ella entró histérica a su inconsciente y herida amante. ¿Qué había pasado? Le había dicho que tomaría chocolate con ella, que le diera un momento y estaría a su lado.
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Revisó la herida, después de haber depositado a Bellatrix en un sillón alargado que a primer vistazo utilizó. Parecía más una quemadura que nada. Su corazón latía rápidamente cuando notó que donde debería de estar la marca Tenebrosa, solo yacía un camino de carne de viva que terminaba en la punta de sus dedos. «notam evanescet» Pensó. Aquel hechizo consistía en concertar una gran parte del aura mágica de la persona en una parte del cuerpo que funcionara como un conductor de magia. Y como una especie de láser remover la conexión que había entre la magia de la persona y el conector impuesto. Por ejemplo, la Marca Tenebroso era un conector de Lord Voldemort y el aura de sus mortífagos. Por eso podía producirse ardor en sus pieles como respuesta al mensaje que le llegaba al conector. Pero con este hechizo se expulsa ese conector dejando una herida física como consecuencia de la reacción.
Si no es tratada puede convertirse en un decantor de magia, o sea, cuál saco de arroz roto, ir perdiendo su contenido por aquella fuga. Es una magia muy complicada y avanzada que solo magos experimentados pueden llegar a utilizar. Una poción podría ayudar a cerrar la herida del aura y cicatrizar la piel.
Si bien era una misión contra reloj, ella no poseía la cabeza para buscar los ingredientes ni mucho menos dejar sola a Bellatrix. Así que optó por Vendar su herida y acostarse a su lado. mirando al techo suspiró, tomó la mano fría y suave de la mortífaga, y cerró sus ojos.
—Gracias.— Una voz casi en murmullo perturbaba el sepulcral silencio de la mansión.
—¿Bella?— Hermione se puso alerta.
—¿Quién si no?— Una sonrisa débil se dibujaba en el rostro de la bruja.— Ven aquí y dame un beso.
—¿Estás loca? Estás malherida, no quiero lastimarte.
