«You Find Me»

⚜️ Desprecio⚜️

Bellatrix entró al baño de su habitación. Aquel recinto era demasiado ella: con detalles mínimos pero demasiados lujosos, sobretodo el espejo, pues éste poseía un baño de oro blanco traído desde las minas del castillo del mismísimo Merlín.

Tiró su túnica a un lado, en un santiamén desabrochó su sosten y bajó sus bragas. No quería esperar que el agua espumante rebosara por cuenta propia la bañera de cerámica italiana. Si no que tomando la varita del lavamanos, la llenó al tope. Con un pequeño sujetador intentó sin éxito sujetar su alborotado cabello, haciendo que ciertos mechones quedaran a merced del agua espumosa.

En aquel momento, pudo pensar lo que estaba pasando. Su brazo, rojizo y lastimado, le recordaba la decisión que había tomado y el silencio sepulcral le decía que tal vez no fue la decisión correcta. Pero ciertamente estaba cansada; su vida no había sido fácil porque ella no lo quiso así. Sin embargo, hasta el guerrero más valiente tiene derecho a cansarse.

Pensó que al carajo todo, al carajo Voldemort y su guerra, al caro Hermione y sus indecisión afectiva. ¡Ella era Bellatrix Lestrange, Black de soltera! ¡Y en sus venas corría sangre pura, magia muy poderosa: era bonita, astuta, inteligente y letal: no estaba para cosas a medias.

Tal vez se iría a América, crearía su propia organización, sus propios mortífagos y viviría como lo que era: una reina. Pero, cuando pensaba en la fecha para partir, una pelea en la primera planta de la mansión la sacó de sus pensamientos.

—Mi señor, por favor, tenga clemencia.— Se escuchaba de fondo. Bellatrix salió de la bañera y tomó la toalla.— Ya le he dicho que no sé dónde está.— La mortífaga era demasiado sigilosa, así que no le fue problema mirar por una hendija lo que sucedía.

Voldemort estaba en la mansión Lestrange. Y tal cual como lo prefijo Rodolphus, fue a coaccionarlo simplemente para saber dónde estaba ella. Obviamente se estaba metiendo en su mente, pero como el de verdad no sabía dónde estaba ella.—Por lo que él no vió.— Voldemort no tenía éxito. Iba a comenzar a torturarlo cuando sentenció:

—Oh, vamos Rod, no espero nada de ti y aún así logras decepcionarme. Qué pena. Pero no me sorprende, nunca haz sabido dónde está, ni siquiera cuando ella se escabullia a mi cama, mucho menos ahora que te abandonó.—Este tipo de tortura mental estaba impacientando a Bellatrix, porque ¿Qué tan patético hay que ser para utilizar la tortura mental cuando la manipulación es más genial?

—Creo que tendré que matarte Rod, y la verdad me da algo de pena regar la sangre mágica de una de las familias que me apoyó en mis inicios. Por eso, te daré otra oportunidad, quiero que mueras con dignidad... ¿Dónde está tu esposa?—Bellatrix estaba con el corazón muy acelerado, pero debía de calmarse porque la locura que le dejó Azkaban podía jugarle una mala pasada y entonces ser descubierta.

—Mi señor.— Rod estaba arrodillado ante Voldemort.— Si voy a morir, entonces deberé decirle la verdad.— «¡No! Le dirá donde estoy.» Pensó Bella mientras se preparaba para pelear.— La verdad es que... Usted es el que me da pena. Porque yo por lo menos nunca tuve el amor de mi esposa, pero sí el de una amiga, una cómplice, una gran mujer. En cambio usted, tuvo lo que siempre quise: que ella me mirara con el amor con el que a usted lo miraba; el amor genuino que dura toda la eternidad. La lealtad que a usted le profesaba, esa fe que solo ella puede dar. ¿Y sabe qué mi señor? Usted lo tuvo, sí. Pero lo perdió.— Entonces empezó a reír.— Perdió su fe, su lealtad, su amor y ahora la busca como un psicópata porque sabe que ella jamás regresará a su lado. Todos sus mortífagos lo van a dejar. Y ella, ella que jamás lo iba a hacer, ni siquiera cuando tuvo que pasar muchos años de su vida en una celda solo por defenderlo lo dejó. pero ella se fue y es solo por culpa del Señor Tenebroso. Y eso da muchísima más pena y lo vuelve más patético a usted.
Oh, y como voy a morir de igual modo le diré.— Se puso de pie y miró los ojos rojizos de Voldemort.— Yo a ella la voy a amar toda la vida e incluso en la muerte también lo haré. Por eso no le voy a decir dónde está, por algo tan sencillo que ni con todo el poder que usted tiene puede comprender: el amor.

Voldemort estaba atónito, por primera vez en su vida alguien había tenido la estúpida valentía de decirle esas cosas. Más, estaba calmo, se giró y sacó su varita. Rodolphus miró el retrato de él junto a su esposa. Se puso firme, tocó su anillo de bodas y cerró sus ojos.

Voldemort levantó la varita y comenzó a vociferar un Avada Kedrava. Pero fue interrumpido por un hechizo que le quitó su varita, haciendo que volara por los aires.

—¿Hermione?— Bellatrix veía atónita lo que estaba pasando: Hermione Granger había aparecido de la nada y había atacado a Voldemort desarmándolo.

Entonces Voldemort intentó atacar a la chica pero Hermione fue más rápida y lo derribó. Así que, en un acto de cobardía, el Señor Tenebroso huyó.

Bellatrix entonces, bajó rápidamente la escalera, abrazó a Rodolphus y le dió un beso en la mejilla. Esto claro, después de pegarle una cachetada por imbécil.

—Creí que el abrazo era para mí.— Dijo Hermione a una Bellatrix de espalda y en toalla.

—Creí que estabas con tus amigos.— la Slytherin respondía en un tono de desprecio. Pero entonces Hermione se acercó y la abrazó y en su mente le dijo:

—Escucha Bella, desde el primer minuto en que te fuiste me arrepentí con el alma haberte dejado a un lado sabiendo lo que sacrificaste por mí. Perdóname, estuve buscándote para decirte que realmente te amo y quiero estar contigo por encima de cualquier persona y de verdad espero que tú también quieras eso conmigo. Yo entenderé si no.—Entonces Bella la miró fijamente a los ojos a Hermione y después de una pausa le dijo a Rodolphus:

—Préparale un cuarto a la chica. Mañana iremos a Gringotts, acabemos de una vez por todas con esto.— Se volteó con su toalla y se fue.

—¿Qué quiso decir?— Le susurró Granger a Rod.

—También te quiere pero la hiciste sufrir y eso deberás pagarlo. Perdiste su confianza así que te dará una oportunidad de que la recuperes.— Hermione agachó su cabeza.— Pero creo que con salvarme empezaste con pie derecho. Gracias por cierto.

—¿Realmente hubieras muerto por ella?

—Oh sí.—Y sin darle menor importancia agregó.— Pero ahora tengo hambre iré por comida.— La muerte para los Lestrange había pasado a un segundo plano una vez que se vuelve un riesgo todos los día.

🎄🎄🎄

Bellatrix tomó su varita rápidamente y se la puso en la cien. Rebobinó lo que Hermione le había dicho en su mente, lo que Rod hizo por ella y la mirada de las tres personas más importantes en su vida. Y como muy pocas veces había sucedido comenzó a llorar.

Mañana iría a destruir a uno de los tres, mañana se elegiría primero antes que ellos.