La guerra seguía su curso. Lord Voldemort ahora controlaba el Ministerio y se hacía paso a la conquista del Mundo Mágico que le faltó la última vez. Harry Potter y sus amigos se dedicaban a la búsqueda de Horrocruxes. Un fatal error los llevó a la...
En Hogwarts las cosas habían cambiado: El ambiente era lúgubre, triste, ya nadie quería asistir a clases pues los mortífagos habían hecho de las suyas. Ni siquiera cuando la cara de sapo fue directora el ambiente estaba tan pesado. Debido a que Snape ya no era director, la señora Carrow, una mortífaga según Bella, "De baja monta que ni siquiera sabía hacer un hechizo bien." estaba mandando en lo que antes se decía que era tu segundo hogar.
El trío de oro apareció cerca al bosque prohibido, mas no tan cerca a los terrenos del castillo pues era peligroso hacerlo además que tonto pues estarían vigilando la entrada. A su sorpresa notaron a Hagrid sentado en una roca acariciando a Fang; estaba triste, se le veía que la soledad lo estaba afectando. Pero al ver a los chicos se le iluminó el rostro. Siempre era bueno ver algo de esperanza por Hogwarts, también por el hecho que no sabía de sus amigos y se corría el rumor de que ya estaban muertos.
-¡Hermione, Ron!-Gritó eufórico. Pero, cuando iba a mencionar el tan buscado y mencionado el nombre "Harry" Los tres se abalanzaron para taparle la boca. No sabían quién podría estar escuchando así que era mejor prevenir.- ¡Los extrañé con toda mi barba! ¡Y Fang también, ¿verdad, amigo?! ¡Oh que alegría! Vengan, vengan, tengo una merienda por aquí.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hablaron por mucho tiempo, les contó como iban las cosas en el colegio, las atrocidades que los Carrow hacían en honor del cabeza de serpiente. Además el rumor de que Bellatrix había salido de las filas convirtió a los Malfoy son los hazmerreír de los pasillos. Y cambiando abruptamente de tema anunció que esaba pensando irse a vivir con Madame Maxime en Francia, ya que no le quedaba mucho en Hogwarts. Hay que decir, claro, que Hermione se atragantó con las galletas de ajonjolí cuando oyó lo de su novia. Se preguntó si era conveniente decirle a su amigo semi-gigante sobre su relación la bruja más temida del mundo mágico... Pero también comprendió que debido a la reputación de ella era más probable que se escandalizara.
Mientras Harry le contaba a Hagrid sobre su plan para destruir a Voldemort, Hermione miraba por la ventana preocupada por su amada. ¿Dónde estaría? ¿Ya había comido? ¿Cómo estaría controlando su ira? A veces por el afán de la guerra, se le olvidaba que esta era su historia de amor; la más hermosa que pudo haber sentido en su corta vida, quería estar con ella, decirle cuánto la amaba. Por esta situación sentía que el tiempo viva podía ser indefinido: Un día, un año, cincuenta años, no importaba... Todos los segundos los pasaría con ella.
-Herms-Harry la sacó de su ensoñación.-Ya es hora.-Dijo con cierta preocupación en la voz. Ahora debía de encontrarse con Aberforth Dumbledore ya que le ayudarían a entrar al castillo. (Pues no era lo mismo entrar a metros del bosque prohibido a estar como tal en las anchas de los terrenos del castillo)
La chica tomó aire y se dispuso a seguir con la misión.
-¡Oye, Hermione!-Ron le tomó del brazo y la separó de harry y Hagrid para decirle algo en privado.- Escucha, quería hablar contigo.- Se notaba incómodo, como si lo que le fuera a decir lo tenía guardado hace mucho.- Sé que mi comportamiento no ha sido el más óptimo desde que me enteré de tu relación con... Bueno, tú ya sabes.- Hermione se incomodó un poco.-Pero no pienses que quiero reprocharte tu relación. Ya no más con eso.-La chica estaba confundida.- Por accidente escuché lo que hablaron en la biblioteca y me di cuenta de algo muy importante.
