⚜️El tango Masoquista⚜️

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Mi corazón suplica
Solo escucha esos latidos salvajes
Ve a ponerte los tacones
Y ven a pisotearme
Tu corazón es duro
como la piedra o la caoba.
Por eso estoy en una agonía tan exquisita. mi alma está en llamas
Está ardiendo de deseo
Es por eso que transpiro cuando hacemos tango.

 mi alma está en llamasEstá ardiendo de deseoEs por eso que transpiro cuando hacemos tango

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Poción multijugos

La poción había finalizado, y sin presumir Hermione decía que era la mejor que habían hecho. Con el recelo de una niña tomando jarabe, Bellatrix tomó todo su contenido.


No tardó mucho en surtir efecto: la herida de Bellatrix ya no se veía a carne viva y su palidez volvía a hacer la normal y no la de un ente que diambula errante.

Hermione y ella optaron por buscar cabellos de los señores Rosier en los peines de oro que habían en las habitaciones en máxima decadencia. La idea era, que para no ser detectadas, se transformarían en ellos exigiendo ver la cámara de los Rosier. Y estando en las bóvedas se desviarían a abrir la cámara de los Lestrange. Ya que la arquitectura del banco ponía a todas las familias sangre puras unas al lado de otras. Aunque a decir verdad, la mayoría de esas familias ya habían perdido ese estatus y por lo tedioso del trámite y el traspaso, dejaban su dinero ahí sin darle mucha importancia a las múltiples quejas de las familias puras que aún quedaban.

Mientras ellas se besaban y buscaban en cada habitación, en la mansión Malfoy, Severus Snape y Voldemort tenían una pequeña reunión. Esto claro, para analizar los frutos de su plan tanto en Hogwarts como en Bellatrix.

—¡AGH!— Voldemort tiró los papeles a un lado.— ¿CREES QUE SOY ESTÚPIDO, SEVERUS? Te di la dirección en Hogwarts, el título de mi mano derecha, el que todo el maldito mundo mágico se doblegara ante ti. ¿Y cómo me pagas? ¡Te pedí que ella regresara! ¿Y lo ha hecho? ¡Al contrario! LA MALDITA PERRA SE ARRANCÓ LA PIEL ANTES DE ESTAR DE NUEVO A MI LADO.— Se giró mirando fijamente a la chimenea susurrando a sí mismo.— Ese efecto produzco. El que elijan primero el dolor físico infernal a mi compañía.

—Mi señor tal vez no lo ha hecho por la noticia de su embarazo.— Ahora todo tenía sentido: Si lograba desestabilizar a Voldemort con ello, él la buscaría más que a Harry Potter y al estar separada de Hermione la chica ya no correría peligro frente a esa matanza sistematizada que se descadenaría. Pues el comprendía bien, que Bellatrix no volvería nunca más al lado de Voldemort y él mataría a unos cuantos para tener a su lado el heredero del mal.

—¿De qué hablas Severus?— El desagradable sonido de la quijada apretándose de Voldemort llenaba el ambiente de un aire de incomodidad y confusión.

—Mi señor.— Snape se hacía el desentendido. Eso sí, sin dejar de cerrar su mente.— Usted me dijo que la atrajera a toda costa. Y tuve que ver sus debilidades. Claro... No fue fácil encontrarlas. Hasta que noté que su aura ha cambiado; y no me quedó duda que está esperando un hijo.

—¿Y quién es el padre?— Voldemort no diría a primera impresión que él lo era. Al contrario, le tomaba tan poca importancia a las relaciones humanas que no se acordaba del último encuentro con Bellatrix. Pero no descartaba el hecho de estar esperando un hijo suyo. ¡Claro! Esa era la única respuesta del porqué de su cambio repentino. (y no el hecho de que él era un auténtico cretino con ella. No, para él era porque estaba embarazada. Pff ¿Y es el mago más poderoso de todos los tiempos?)

—Eso no lo sé mi señor, eso debería usted de averiguarlo. Digo, no por cuestiones afectivas si no para determinar si hace daño a la causa o no.

—Puedes irte, Severus.— Voldemort desistió de torturar al profesor pues ahora tenía algo en mente.— Un heredero.— Susurró para sí mismo. Tomó una varita y desapareció.

🎃🎃🎃

Llegó a una cabaña en una montaña helada. Aquella era morada de moho y madera ya en malas condiciones: su ubicación no le será indiferente al lector, ya que se encontraba en Albania.

Entró con prisa y abrió unos papeles que se encontraban en la empolvada mesa ya muy maltrecha. Buscó con desespero una anotación en una lengua que él solo entendía. Bueno, él y su ascendiente Salazar.

El fruto del amor de quien no puede amar llegará al mundo para destruir su linaje. Pasado nueve lunas su final será inminente
Pues al luchar
Perderá.
Un final inesperado será el ocaso de los dioses.

—No puede ser — Si el hijo que Bellatrix estaba esperando era suyo, el niño lo destruiría. Se maldijo porque no entendía cómo teniendo tanto poder siempre le tocaba pelear con bebés y más aún perder frente ellos. — Mi error fue dejar que naciera, Naguini.— La serpiente se deslizaba a sus pies.— Ahora no puedo permitir que ese niño vea la luz del sol.— Así pues se dispuso a ya no buscar si no a cazar a Bellatrix Lestrange.

🎃🎃🎃

Mientras tanto, Ron Weasley era echado de un bar en el norte de Gales. Su búsqueda fue un fracaso desde el principio. Ya que no sabía dónde buscarla, seguía enojado con Harry Potter y deambular de un lado a otro, deshaciendo pasos no le funcionaba.

Hasta que, el artilugio que Dumbledore le había heredado le guió hasta un conjunto de casas antiguas y abandonadas. La verdad no entendió por qué y decidió desviarse hasta encontrar un bar donde peleando con los carroñeros dió a parar al asfalto del local.

—¿Eso es todo lo que tienen? ¡Ja ja!— el pelirrojo estaba ebrio, con un ojo morado y signos de que no había comido y dormido en semanas. Se limpió la sangre de su rostro y se paró con dificultad.

De repente una risita pícara lo hizo reaccionar. Aquella risa la conocía. ¿Pero de dónde? Le hacía recordar su segundo año en Hogwarts, cuando contaba el único chiste malo que se sabía y que siempre Hermione celebraba riéndose. Esperen, ¿Hermione? ¡Claro!— ¡HERMIONE ESPERA! ¡SOY YO RON! ¡HERMIONEE!— No veía muy bien por la hinchazón de su ojo, pero corrió tras una muchacha que de espaldas era idéntica a su amiga.— HERMIONE, HERMIONEE.— Repetía una y otra vez. Hasta que por su afán de alcanzar a la chica se tropezó.— Discúlpeme.— miró a la persona para disculparse. Pero se hizo para atrás cuando se dió cuenta que era Bellatrix Lestrange.

—¿Usted? ¿Qué...que hace aquí? ¡D.. dónde está hermi-mione?— Sacó su varita para defenderse.

—Habla bien, idiota.— Bella se notaba serena ante su interlocutor.— Está comprando unos ingredientes.

—¿Y antes de eso?

—¿Como que antes de eso?— La mortífaga puso cara de asco por tener al frente un auténtico bobo.— Antes de eso estaba en mi cama.— Sonrió sabiendo que eso le dolería al chico.

—¡Usted la embrujó! ¡Sí! ¡La está usando! Y voy a defenderla. ¡CRUCIO!— Una luz roja salió de la varita de Ron Weasley en el momento justo en que Hermione dejaba caer los paquetes de las compras al ver lo que sucedía.

—Hermione, ayúdame.

¿Quién habrá dicho eso? ¡Espera el próximo capítulo!

Ahora Voldemort quiere matar a Bella y terminar su supuesto embarazo, Snape mueve sus cartas y  Hermione tiene ahora una visita inesperada. Pero la repuesta importante aquí es ¿Qué pasará con los Horrocruxes?

«You Find Me»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora